La otrora ciudad cultural, que atraía a los turistas por su propuesta artística y se mostraba ante el mundo como un modelo a seguir, quedó al borde de desaparecer tras varios años de austeridad presupuestaria municipal y la crisis económica generada por la pandemia del coronavirus.

Más allá de la paralización de las actividades artísticas en todo el país, como consecuencia de las medidas sanitarias que tomó el Gobierno nacional, los diferentes actores de la vida cultural de la ciudad vienen decayendo desde hace algunos años por las decisiones políticas del municipio.

"El problema con la Municipalidad empezó hace mucho tiempo atrás; pero comenzó a vislumbrase en los dos últimos años de la gestión de Mónica Fein y termina estallando en las manos de Pablo Javkin, que al día siguiente de asumir emite un decreto de racionalización administrativa y corta todos los recursos para espectáculos públicos. Luego vino la pandemia, que agravó todo", señaló Hugo Vitantonio, secretario general del Sindicato de Músicos de Rosario, en diálogo con Rosarioplus.com.

La medida mencionada por el representante gremial fue anunciada por el intendente a fines de 2019 y contempló, entre otros puntos, la limitación de los aportes del municipio a espectáculos privados. 

Este "Programa de Austeridad y Priorización del Gasto", que tenía como meta priorizar "el gasto social, de salud y de prestación de servicios públicos esenciales para hacer frente a la situación de emergencia económica", fue un violento golpe para los artistas rosarinos que ya venían agonizando por la deuda que el municipio mantenía con ellos y los duros años macristas.

"Mónica Fein se retiró de la gestión y dejó una deuda de casi 8 millones de pesos con los músicos del Sindicato que contrató la Municipalidad", recordó Vitantonio y apuntó: "La cantidad de gente que afectaron con eso fue enorme".

Según explicó el secretario general del Sindicato de Músicos de Rosario, "el sector de los músicos es bastante heterogéneo" y durante la pandemia vivieron realidades disímiles. 

"Hay unos 250 que tienen empleos estables en el Estado (músicos de orquestas sinfónicas, municipales, etc.) y tuvieron su salario como si habrían trabajado normalmente. Otro sector, de unos 300 músicos, que trabajan habitualmente en el circuito de los salones de fiestas, las cantinas, algunas confiterías bailables que tienen música en vivo; se van a volver a integrar a la vida económica cuando se restablezca la actividad a esos lugares, pero están pasando un tiempo tremendo porque lo que era su actividad central ha estado prohibida", indicó Vitantonio, y continuó: "Hay otro sector, que nos va a costar mucho más trabajo ponerlo en funcionamiento, que tiene que ver con aquellos músicos que están abocados de llenos a tareas de base artística, que por lo general actúan en bares o centros culturales".

 "Se piensan soluciones universales pensando que todos están en la misma situación, cuando en realidad esto no es así. Hay que enfocarse en los lugares a los cuales se destina los recursos", concluyó.

La austeridad municipal y la pandemia enterraron a la ciudad cultural

El teatro busca “reavivar el fuego”

La situación de los actores y salas de teatros de la ciudad se asemeja bastante a la de los músicos. Tras el parate por la segunda ola del coronavirus, el telón se volvió a levantar desde mediados de julio y las salas de teatro independiente pudieron re abrir sus puertas con un aforo del 30% de la capacidad correspondiente por habilitación (entre 10 y 15 aficionados por establecimiento). "Esta novedad, que por supuesto no es redituable económicamente, dio a las salas y a los artistas la oportunidad de reencontrarse con el público y 'reavivar el fuego'”, comentó el fundador y director de programación de La Morada Teatro, Gustavo Di Pinto, en diálogo con Rosarioplus.com, y agregó: "A partir de agosto, con un aforo permitido del 50% ya podemos contar con 20 espectadores en la sala y siempre respetando todos los protocolos vigentes. Por suerte los fieles espectadores están tan ávidos de teatro como los actores y directores y las funciones agotan las localidades con semanas de anticipación".

En cuanto a la situación de los artistas, el dramaturgo señaló: "Hay una gran cantidad de estos (actores) que no cuentan con otra entrada de dinero más allá de su actividad artística y la situación para ellos sigue siendo de emergencia. La felicidad de volver al ruedo no hace desaparecer las dificultades generadas por todos estos meses de inactividad de manera mágica".

"Con relación a los subsidios como sala recibimos el apoyo del INT a través de los programas PODESTA en sus diferentes formas que comenzaron el año pasado y aun continúan. Sin lugar a duda existe en el organismo cabal conciencia de lo que implica sostener un espacio teatral y las dificultades que la pandemia nos acarrea. En relación con los gobiernos provinciales y municipales, no estoy tan seguro de que esto se comprenda".

Desde la Provincia, los espacios teatrales recibieron este año un subsidio de 30 mil pesos cada sala y 10 mil pesos a los talleristas o trabajadores de cada una de ellas. "Algunos de estos trabajadores hoy en día no lo cobraron", remarcó Di Pinto. 

"De la Municipalidad recibimos la invitación a 'pensar creativamente' por parte del Secretario de Cultura, en alguna de las reuniones que se mantuvieron desde ATIR (Asociación de teatros independientes de Rosario) cosa en la que los teatristas en general y en particular quienes gestionamos salas desde hace muchos años tenemos experiencia de sobra", lamentó el director de programación de La Morada Teatro, y concluyó: "Sería muy útil que la municipalidad ponga todo su aparato de difusión al servicio de la generación de públicos para los teatros independientes. Aprovecho para invitar a tantos funcionarios y trabajadores a pensarlo creativamente".

La austeridad municipal y la pandemia enterraron a la ciudad cultural

Espacios culturales que quedaron en el camino

Además de los artistas, los espacios culturales también tocaron fondo tras varios años de macrismo y la pandemia del coronavirus.

"La situación del sector cultural es muy compleja porque fue uno de los más afectados por las restricciones producto de la pandemia. Si bien su flexibilización mejoró el panorama, la realidad es que los meses donde no pudimos realizar nuestra principal actividad generaron una pérdida económica difícil de revertir", indicaron desde el Distrito Siete, en diálogo con Rosarioplus.com. "Debido a esta crisis, muchos de los espacios culturales de la ciudad tuvieron que desgraciadamente cerrar las puertas, achicando el circuito donde la cultura y el arte se puede expresar, pero también con una gran cantidad de trabajadores y trabajadoras que perdieron su fuente laboral y de ingresos", lamentaron desde el espacio de Ovidio Lagos 790.

Respecto al aporte del Estado ante la crítica situación, los referentes del D7 comentaron: "Desde el comienzo de la pandemia recibimos algunos subsidios de emergencia, que fueron insuficientes para la gran caída del sector. Creemos que la afectación que tuvo la pandemia en la escena cultural fue lapidaria, como en casi ningún otro espacio productivo, por lo que urgen medidas más concretas". 

"Es por esto que nos parece necesario que el municipio y los diversos Estados generen subsidios para el sector y políticas acordes para acompañar en la recuperación. No sólo inyectando dinero, sino además propiciando una competencia leal entre los actores involucrados", remarcaron.