Un proyecto nacido en la localidad de María Teresa vincula niños del Jardín de Infantes Nº197 con los adultos mayores que viven en la residencia comunal. 

La iniciativa surgió de los directivos y docentes del Jardín de Infantes N°197, con el apoyo de la Cátedra Macrosad de Estudios Intergeneracionales de la Universidad de Granada, España. Tras pensar la dinámica, el cronograma y los objetivos buscados, presentaron a la Supervisora de Educación Regional un proyecto para conectar a niños pequeños con las personas mayores. 

Cada viernes, los niños y niñas de dos salas del único jardín de infantes del pueblo se trasladan en el Transporte Público Comunal gratuito hasta la Residencia Comunal. Allí, el lugar se convierte en un aula-casa, dónde los pequeños comparten juegos, canciones y actividades con los mayores, a quiénes cariñosamente llaman sus "amigos mayores". Esta interacción no solo enriquece el día a día de los residentes, sino que también impacta profundamente en los niños.

Las visitas generan un ambiente de alegría y aprendizaje mutuo. El personal de ambas instituciones se sorprendieron al ver la conexión emocional que se establece entre los niños y los mayores. Es más, la mayoría de los pequeños se muestran molestos al marcharse y tener que despedirse de sus nuevos amigos. Otros, emocionados, invitan a sus familias a conocer la residencia y a los mayores. Esta interacción constante crea un ambiente de expectativa y felicidad entre los infantes, que esperan con ansias el próximo encuentro.

Según detallaron desde la institución, el programa intergeneracional promueve una serie de beneficios tanto para los niños como para los mayores:

• Desarrollo de habilidades vitales.
• Aumento de la autoestima y confianza en los niños.
• Fomento del respeto y la empatía hacia la generación mayor.
• Mejora de la paciencia.
• Desarrollo de la resiliencia.
• Mejora de la salud mental y bienestar de todos los participantes.
• Oportunidad para aprender y disfrutar con personas de diferentes generaciones.

Fabiana Bastonero, directora del Jardín de Infantes, destacó la relevancia de los primeros seis años de vida en el desarrollo posterior de las personas, según investigaciones en ciencias humanas y sociales. "Es crucial reconocer la oportunidad y responsabilidad que tenemos de brindar a los niños contextos de aprendizaje significativos y en valores", señaló. "Estos contextos deben enseñar a respetar y valorar las diferencias, a conocer y controlar sus emociones, a identificar y comprender las de los demás, y a experimentar positivamente el trabajo colaborativo". Bastonero agradeció a las docentes Alejandra Rubíes y Claudia Pérez, así como a las familias, por su apoyo en esta actividad innovadora que ha generado numerosas satisfacciones.

Por su parte, la Vicedirectora del Jardín, Irma Cleary, afirmó que “los niños se sienten tan cómodos en este espacio que no quieren irse, ya que perciben que los adultos les están prestando toda su atención”.

La Vicepresidenta Comunal y Directora de la Residencia, Danisa Perotti, comentó sobre el proyecto intergeneracional que se está llevando a cabo de forma interinstitucional. "Este proyecto es un granito de arena para lograr una sociedad más justa e inclusiva en el futuro, trabajando desde la educación de los más pequeños y, paralelamente, desde el ámbito familiar y comunitario", afirmó.  También agradeció al personal de la Residencia por su colaboración en el desarrollo de cada jornada y a los residentes por su activa participación, destacando que todos tienen algo que dar y recibir. "Es un intercambio sin precedentes y realmente muy motivador".

Perotti concluyó señalando que el proyecto no solo fortalece los lazos entre generaciones, sino que también enriquece la comunidad, creando un entorno más inclusivo y empático para todos.