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La Agencia Santafesina de Seguridad Alimentaria (Assal) difundió en la previa del fin de semana largo una serie de recomendaciones a tener en cuenta a la hora de consumir pescado. Existen muchas señales (algunas bastante evidentes) que nos hablan sobre el mal estado del producto, pero a veces no es tan sencillo notarlas.

Lo mejor es adquirir el pescado y sus productos derivados en negocios debidamente habilitados y que se encuentren en buenas condiciones de higiene. Corroborar que se haya mantenido la cadena de frío, en heladeras o recipientes helados, también es otro punto importante.

Si se elige comprar congelado, bueno es revisar que el pescado se encuentre correctamente envasado. Y si el producto se descongela debe consumirse inmediatamente (no puede volver al freezer). En alimentos enlatados, como es usual, se recomienda chequear que el recipiente no esté abollado, oxidado o hinchado.

Separar los pescados y mariscos crudos de aquellos productos listos para consumir mientras se realiza la compra, en la heladera y durante la elaboración de los alimentos en el hogar también es un buen consejo.

La Assal aclaró también que “en ninguna circunstancia debemos consumir pescado” cuando tenga una consistencia blanda y floja; presente pérdida del brillo metálico de la piel y la formación de una viscosidad pegajosa sobre la superficie; los ojos estén hundidos; las branquias se tornen de color gris y negro verdoso; tenga olores extraños o anormales.