Duki: "Recién estamos arriba de la ola, todavía no empezamos a surfear"
El músico de 25 años viene siendo la cara más potente del movimiento urbano argentino y un puntal fundamental en su expansión internacional.
Duki, el máximo referente del trap nacional y uno de los artistas argentinos más escuchados a nivel mundial, aseguró en diálogo con la prensa que su histórico concierto del 6 de octubre en el estadio de Vélez Sarsfield confirma que el movimiento musical que lidera “no era ni pasajero ni una moda” y sentenció que la “escena argentina está en su mejor momento”.
“Es increíble lo que crecimos pero esto recién arranca. Esto que estamos viendo ahora y el Vélez son las primeras diez páginas del libro. Es así de simple: tengo 25 años, la mayoría de los pibes tienen menos. Recién arrancamos todos y recién ahora estamos arriba de la ola; todavía no arrancamos a surfear. Faltan muchísimas cosas”, dijo.
De cara a esta apuesta, que marcará un nuevo hito en el crecimiento del artista y también para el movimiento de la música urbana argentina, el cantante que adoptó su identidad artística en las competencias de freestyle como la del mítico “Quinto Escalón” del Parque Rivadavia señaló que “todavía quedan muchísimas cosas” por concretar en el futuro.
Las entradas para el recital podrán conseguirse a través de Ticketek desde el mañana a las 18 en preventa exclusiva para clientes de Lemon Card, y desde el martes a la misma hora para todo el público.
“Vamos a hacer una recopilación de lo mejor de mi carrera, con varias canciones viejas y tratando de que suban todos los pibes para que la gente lo disfrute. Van a estar todas las facetas de Duki", adelantó Mauro Ezequiel Lombardo Quiroga, de 25 años, quien con su primer single "No Vendo Trap" viene siendo la cara más potente del movimiento urbano argentino y un puntal fundamental en su expansión internacional.
- ¿Qué significa para tu carrera y para el movimiento cultural que representás este arribo al estadio José Amalfitani?
- Duki: Es muy importante para mí, pero también para todos los que empezaron conmigo. Para todos nosotros este Vélez en sí es la muestra de que lo nuestro no era pasajero ni una moda como se dice a veces. Somos gente profesional, somos artistas que trabajamos esto, que peleamos por esto y que hoy en día demostramos que lo podemos sostener en el tiempo y hacer cada vez cosas más grandes.
- ¿Cómo es para vos ser la voz de una generación?
- Duki: Para empezar es algo que me da muchísimo orgullo saber que de repente estoy representando a bocha de pibes como yo que tienen una forma de ver el mundo y una forma de pensar, que elijan mi música para tal vez muchas veces escaparse de lo malo o disfrutar más la vida, o porque justamente se sienten identificados. Para mí es único, pero también ser la voz de una generación conlleva mucha responsabilidad y hay que estar a la altura. Es un término que a veces siento que suena un poco grande y otras que también va súper encajado a lo que hacemos. Pero es algo innegable, es algo que está y que se ve. Antes decíamos que éramos el futuro, y ahora también seguimos siéndolo, pero también somos el presente más que nunca. Y por eso siento que justamente soy la voz de una generación.
- ¿Qué valor le das el haber llegado a este presente acompañado por tu familia que hoy es parte de tu equipo de trabajo?
- D: Llegar hasta acá con mi familia es todo, de hecho están parados ahí al costado, están mamá y papá. Es todo porque siento que si bien es algo que al principio fue mi sueño y ellos lo que más querían era que yo lo cumpliera, con el tiempo empezó a ser algo que construimos entre todos juntos. Se fueron sumando de a poco al equipo y hoy en día sí Duki soy yo, pero a Duki como artista lo conforman todo mi equipo, mi mamá, mi papá, mis hermanos que están bancándome. Ellos fueron el motor y responsables muchas veces de que yo pueda bajar a tierra, que me vuelva a sentir Mauro, entonces hay una responsabilidad que se les atribuye que es enorme y para mi es hermoso compartir el día a día con ellos.
- ¿En qué momento decidiste dejar las batallas para dedicarte exclusivamente a tu carrera musical? ¿Cuánto tuvo que ver YSY A en esta historia?
- D: El Quinto Escalón estaba en su mejor momento. Un día hablando con el YSY A me dijo que quería terminar con el Quinto y que nos pusiéramos a hacer música. Al principio la dudé, pero también entendía que para él era la única forma que tenía para despegarse del Freestyle y de la imagen de Alejo para poder ser YSY A, y que tal vez también podía ser igual para lo mío. No despegándome de ese Duki de las batallas, pero sí para decir que estaba haciendo música. Y me acuerdo que él venía craneando la final del Quinto, y yo le dije ‘gordo, ya fue, vamos a jugárnosla, vamos a hacer música y que la gente nos escuche’.
- ¿Eran conscientes de todo lo que iba a pasar después del Quinto, con tantos talentos que hoy están liderando el movimiento musical argentino?
- D: Primero fue como un Big Bang, con mucha energía concentrada en un punto en el cual ya no era soportable, y que eso iba a explotar y expandirse. Era obvio ya, nosotros así lo sentíamos. Y segundo, fue una oportunidad para todos los que íbamos. La oportunidad de que nos dieran reconocimiento a lo que nosotros hacíamos, porque nadie se lo daban por batallar en una competencia de plaza. No significaba nada para nadie, sólo para nosotros. Y yendo más en concreto, el Quinto Escalón me dio la oportunidad de ganar una sesión en un estudio, grabar mi primera canción e iniciar este viaje hermoso de la música.
- Muchas veces hablaste sobre tus “poderes” y sobre cómo se han manifestado en estos años en tu carrera y también sobre tu creencia en la Ley de la Atracción ¿Influyó para animarte a dar este paso histórico? ¿Cuál es el próximo hito?
- D: Es súper poético el hecho de pensar que voy a tocar en el estadio donde vi el primer show de mi vida (‘El Concierto Sub Acuático’ de Charly García). Eso me parece que es muy loco. Y en cuanto a la Ley de la Atracción, hace mucho tiempo que uno viene aprendiendo cosas. Todos soñamos con tocar en un estadio y sabía que algún día iba a llegar. Es ahí donde juega un poco la Ley de la Atracción, el yo quiero esto y lo voy a tener. Y Vélez es un poco la prueba de esto: de que la fe mueve montañas. Y estamos acá. Siempre tratamos de ver qué viene después, y un poco ya lo sé, pero ahora estamos enfocados en esto. Vélez es algo hermoso y gigante y, hasta que no pase, ese es el próximo gran hito.
- ¿En qué momento tomaste registro de que la escena argentina ya estaba en un plano internacional?
- D: Creo que la ficha de que habíamos dado un salto internacional me cayó en la primera gira de España. Fue muy loco de estar en España y que pase un auto escuchando una canción mía. Corte estamos en España, nada tiene sentido. Fui a tocar y había mil personas abajo gritando, saltando, cantando todas las canciones. Cuando empezás a ir para allá, entendés que sí, que todos somos personas, pero que somos distintos. El español es muy distinto culturalmente en todos los sentidos. Y era muy loco sentir que pertenecía, que la gente me estaba aceptando y que era parte de eso. Fue ahí, pisando España, que sentí que habíamos dado ese salto.
- ¿En qué punto de crecimiento está la escena argentina? ¿Y cuán importante ha sido la unión de los artistas en esta historia?
- D: En su mejor momento, pero yo sé que vamos a estar mejor todavía. Es increíble lo que crecimos pero esto recién arranca. Esto que estamos viendo ahora y el Vélez son las primeras diez páginas del libro. Es así de simple. Recién estamos arrancando todos: tengo 25 años, la mayoría de los pibes tienen menos. Ahora estamos arriba de la ola, pero todavía no arrancamos a surfear. Faltan muchísimas cosas. Lo más lindo es que se comparte, el sentimiento es mutuo y todos lo vivimos igual. Nuestros logros los festejamos entre todos, porque entendemos que si uno la está rompiendo en tal lado eso va a hacer que miren para acá. Si uno tuvo un hito o le pasó algo zarpado sabemos que eso mismo va a hacer que toda la gente del mundo que vio eso esté mirando para Argentina. Esa la posta para mí. Y mientras más seamos y más se comparta, más lo vamos a disfrutar.