Kyrgios: un hereje en la final de la Catedral del tenis
El australiano Nick Kyrgios de 27 años se instaló en la final de Wimbledon tras la baja en semifinales de Rafael Nadal por lesión y se desató la polémica. Cómo puede ser que en la instancia decisiva del torneo más tradicional del mundo se haya instalado uno de los jugadores más cuestionados del circuito por su supuestas “conductas antideportivas”.
Para muchos de sus colegas Kyrgios es un jugador incontrolable, escandaloso y controversial al que pocos quieren tener enfrente, aunque no es tan así para los organizadores de los torneos quienes saben que el australiano es uno de los grandes “ticketeros” y que en cada una de sus apariciones las entradas se agotan porque es garantía de “show”, algo de lo que también se nutre el circuito, más allá de las buenas actuaciones.
Desafiante, irritante, virtuoso y talentoso, Nick es una mezcla explosiva que pone en vilo las buenas costumbres del tenis. Es una olla a presión a punto de estallar, tal como sucedió en la tercera ronda de Wimbledon ante Stefanos Tsitsipas a quien le fue imposible conciliar con el partido tras las constantes provocaciones de su rival, exabruptos insultos y un elevado cruce dialéctico.
“No me gusta lo que Kyrgios aporta a nuestro deporte, está siempre hablando y quejándose. Estamos ahí para jugar, no para hablar ni mantener conversaciones con todo el mundo. Esto es muy estúpido, transformó el partido en un circo. Él abusa de los rivales y tiene un lado demoníaco”, dijo Tsitsipas en la conferencia posterior al duelo entre ambos.
En su repertorio adentro de la cancha además de los insultos, improperios, sus peleas con los rivales y el público, rompe raquetas y discute con los árbitros. Sin embargo Kyrgios arrastra muchísimos fans, lo adoran y ante cada cuestionamiento de los medios por sus frivolidades el australiano les recuerda que “nada le importa” y que cada una de sus reacciones son para divertirse. "Todo eso hace matarme de risa y bromeo con mi equipo, es hilarante. Luego leo las cosas que dicen de mí y me parto de la risa”.
Pese a que cada acción antirreglamentaria es multada con miles de dólares, Nick no escarmienta y siempre va por más.
Escándalos, multas y suspensiones
Uno de los primeros escándalos que protagonizó Kyrgios fue en Montreal 2015 durante un partido contra Stan Wawrinka. El australiano para sacarlo de quicio a Stan le dijo: “Tu novia se ha acostado con Kokkinakis, lo siento colega”, por lo que fue abucheado por el público y multado con 10 mil dólares por el ATP. En Queens 2018 fue sancionado con 15 mil euros por simular masturbarse con una botella de agua durante el partido con Marin Cilic. En el Masters 1000 de Roma 2019 ante Casper Ruud perdió el control, rompió su raqueta, pateó las botellas de agua y lanzó una silla en medio de la cancha por lo que fue descalificado del torneo. En Indian Wells 2022 Kyrgios tuvo que pagar 25 mil dólares después de romper su raqueta y casi golpear a un recoge pelotas, además de gritar obscenidades al público.
La final de este Wimbledon 2022 será ante el número tres del mundo Novak Djokovic con quien también tuvo serios inconvenientes y declaraciones burlonas sobre las estadísticas que favorecen a Nick: "No importa cuántos Grand Slam gane Djokovic, nunca será el más grande para mí. Ya jugué dos veces contra él y si no puede ganarme, nunca será el más grande de todos los tiempos".
Depresión y sus días más oscuros
A principio de este año Kyrgios decidió visibilizar el estado de la salud mental y compartió en Instagram como vivió sus días más oscuro cuando una fuerte depresión lo mantuvo en la sombra entre las drogas, el alcohol y el suicidio.
“Este era yo hace 3 años en el Abierto de Australia. La mayoría asumiría que me estaba yendo bien mentalmente o disfrutando de mi vida, pero fue uno de mis períodos más oscuros. En mi brazo derecho puedes ver mi autolesión, tenía pensamientos suicidas y literalmente luchaba por levantarme de la cama y mucho más para tener que jugar frente a millones de personas. Estaba solo, deprimido, negativo, abusaba del alcohol, las drogas, me alejaba a familiares y amigos. Sentía que no podía hablar ni confiar en nadie”, empezó relatando el tenista y agregó: “Sé que el día a día puede parecer extremadamente agotador, imposible a veces. Entiendo que que si te abres, puedes sentirte débil o asustado, yo te lo digo ahora mismo, no estás solo. He pasado por esos momentos en los que parecía que esas vibraciones energéticas positivas nunca iban a ser realidad. Por favor, no sientas que estás solo, si sientes que no puedes hablar con nadie, aquí estoy, comunícate. Me enorgullece decir que me he dado la vuelta por completo y tengo una perspectiva completamente diferente de todo, no doy un momento por sentado. Quiero que puedas alcanzar tu máximo potencial y sonreír. Esta vida es hermosa”.