Las atrocidades de Raúl Pérez Roldán: un dramático testimonio de violencia
La extenista Gabriela González Saavedra brindó un revelador y dramático testimonio sobre lo que vivió en su época de jugadora cuando fue sometida a todo tipo de vejaciones por su entrenador. Lo acusan de abuso sexual, violencia física y reducción a la servidumbre.
Una nueva denuncia se sumó contra el exentrenador de tenis Raúl Pérez Roldán, ya lo habían hecho con anterioridad su hijo Guillermo Pérez Roldán, y Graciela Pérez. Ahora, la que se animó a dejar al descubierto los atroces métodos que utilizaba este hombre para conseguir buenos resultados de sus pupilos en la cancha fue la ex tenista Gabriela González Saavedra, quien también lo acusó de abuso sexual cuando ella era menor de edad.
González Saavedra tiene 54 años y fue doblista junto a Gabriela Sabatini, tras 40 años se animó a romper el silencio y contar las aberraciones a las que fue sometida cuando era jugadora y su entrenador era el padre de Guillermo Pérez Roldán. “Esto que me pasó no lo saben ni mi papá, ni mi mamá, no lo sabe mi familia. Mi marido falleció hace tres años, cuando empezó el Covid, tengo dos hijos y fue algo que traté de guardar en algún lugar, pero siempre estuvo ahí como dando vueltas y no lo quería visualizar, esa es la verdad”, contó acongojada la ex tenista en el programa DDM de América.
“Toda mi familia fue de tenistas, mi papá jugaba con Vilas, para mí el tenis era el deporte de la familia, por lo cual yo no tenía una expectativa económica, simplemente lo iba a practicar. Iba a colegio Misericordia de Belgrano, volvía de las giras, daba libre y terminé mi secundario en tiempo y forma, además tengo dos carreras universitarias”, siguió con su relato González Saavedra y agregó: “En el año 81 la Asociación de Tenis designó por primera vez en la historia a un grupo de menores para ir a jugar el Mundial de Venezuela, el Rolex de Nueva York y el Orange Bowl. En esa época yo tenía 11 años y era una nena muy de familia, recuerdo que mí papá me preguntó si yo tenía miedo de ir, pero realmente yo tenía toda la ilusión, porque todos los que acompañaban era personas muy respetadas en el ambiente”.
Uno de los responsables de acompañar a la delegación argentina por aquel entonces era el
extrenador Raúl Pérez Roldán, un nombre destacado en el mundo del tenis, con dos hijos
jugadores, Guillermo y Mariana. “Para explicarlo de alguna manera, ir con ellos era como
palabra santa y yo tenía todas las ganas de ir, había ganado todos los nacionales, además
era la primera vez en la historia que menores viajaban, yo vestí la camiseta de mi país con
mucho orgullo, por lo cual nunca entendí ¿Por qué?”, recordó entre lágrimas.
A partir de ahí su vida fue un calvario y su padre nunca entendió porque quiso dejar el tenis
cuando estaba en el mejor momento de su carrera, secreto que develó con mucho dolor
esta semana: “Nosotros ganamos el mundialito con Gabriela (Sabatini) en dobles, después
gané el singles y cuando salí de la cancha (Raúl Pérez Roldán) me miró y me dijo jugaste
inmundo, yo le respondí pero gané, a lo que acotó, pero nena «vos no entendés nada de lo
que es la vida », me llevó para un costado y me dio tal trompada que caí al suelo”.
Así comenzaron las agresiones de la nada: “En Nueva York también me pegó cuando quise ir
a conocer la ciudad, yo veía como le pegaba a sus hijos y pensaba, como no me va a pegar a
mí, si no soy nadie para él. Empezás a naturalizar”.
Las agresiones físicas se volvieron una constante, pero luego comenzó el abuso sexual: “Hasta los 13 eran insultos, golpes, lo que fuera, yo siempre tuve un cuerpo hermoso y muy trabajado y él siempre me dijo que yo era una putita, que yo quería que todos los pibes vengan y me miren las tetas. Hasta que un día un empresario italiano quiso firmar un contrato conmigo y a mí me interesó, pero a Raúl Pérez Roldán le molestó. A la noche vino a la habitación del hotel, yo estaba con Gabriela y le pidió que salga, me empezó a pegar patadas en la cola, me estiró la remera, me agarró los pechos de los pezones y me los apretó con tanta fuerza que no los sentía. A lo que me iba diciendo que al contrato me lo querían dar por puta”.
Y siguió con su relato: “Vos querés sexo por guita, me mordía los pechos, en un momento dado Gabriela volvió, golpeó la puerta, él se fue y yo me metí automáticamente bajo la ducha. Es como si lo viera hoy y ya pasó una vida mía. Lo máximo fue en la gira de Europa, en el que yo había ido con otro entrenador y él estaba con su equipo, gano un torneo en Italia y me regalan una caja de bombones. A la noche se me apareció en la habitación, me sacó los bombones, me dijo «vaca deja de comer», se bajó el pantalón, me tiró en la cama y me mostró lo que «cuelgan los hombres de verdad». En un momento empiezo a gritar, por lo que me empuja tan fuerte que golpeó la cabeza con la punta de la cama. Él se fue, siento que tengo sangre, me bañe y me acosté llorando y la pregunta de siempre ¿Qué hice?
“En esa época no se podía llamar a la Argentina y cuando volvía a casa, como yo ganaba y me iba bien, mi papá me decía lo orgulloso que estaba de mí y yo no me animaba a abrir la boca. Estoy segurísima que hay muchas más víctimas, a nivel deportivo y de la vida, porque una persona violenta, lo es en todos los ámbitos”, añadió.
Su hijo, el ex tenista argentino Guillermo Pérez Roldán, hace un tiempo también reveló detalles de su estremecedora historia de vida, así como la traumática relación con su padre y entrenador, en un documental de tres episodios que se emitió por Star+, motivos que impulsaron a Gabriela González Saavedra a contar también su verdadera historia.