Los tenistas antivacunas la siguen tirando a la red
Los tenistas que participan del circuito profesional de tenis debaten y toman postura ante la posibilidad de tener que disputar los torneos vacunados contra el Covid-19. Muchas de las grandes figuras se muestran esquivas y se oponen a la posibilidad de ser obligados, por tal motivo la ATP y la WTA tuvieron que emitir un comunicado para advertir la importancia de la inoculación como método de prevención.
En plena pandemia, el movimiento antivacunas no se detiene y mientras se desarrolla el Masters 1000 de Miami se siguen sumando voces de rechazo que acrecientan la polémica. Aunque todo se remite al serbio Novak Djokovic quien desde hace tiempo viene expresando sus dudas al respecto y si bien aseguró que no está en contra de la vacuna, tampoco le gustaría que alguien lo obligue a hacerlo, en ese mismo sentido giraron las palabras de Rafael Nadal, quien apoya la libertad de decisión.
Mientras que por estos días, desde el torneo del país del norte, la bielorrusa Aryna Sabalenka número 8 del mundo avivó la llama y aseguró que no se fía de la vacuna: “La hicieron muy rápido, no hubo tiempo para realizar pruebas y saber qué pasa”, de igual manera se expresó la ucraniana Elina Svitolina quien consideró que aunque se la coloque la posibilidad de contagio existe, así “que no tiene sentido hacer algo que fue aprobado en tan corto tiempo”.
Por su parte el top ten ruso Andrey Rublev contó que nunca se había vacunado de niño y que jamás tuvo problema de salud. “Si puedo elegir, prefiero no hacerlo, no nos va a dar ningún beneficio a los tenistas, vamos a tener que seguir adentro de la burbuja”. Hasta el propio Diego Schwartzman se vio involucrado en la polémica y tuvo que salir a despejar dudas sobre su postura en las redes sociales. “Quiero aclarar que respondí en inglés, lo cual no es mi especialidad. Me voy a vacunar cuando llegue mi turno, pero no me la daría antes que mi familia y la gente que realmente la necesita”.
Tanto la ATP como la WTA fomentan el uso de la vacuna y aunque por ahora no es obligatoria, ambos organismos están evaluando todas las posibilidades: beneficios para la salud, protección de todos los participantes y continuidad del circuito. Por lo pronto apoyan la iniciativa de una distribución que priorice a quienes más lo necesitan en el mundo, para luego cuando haya dosis disponibles, estudiar estrategias para los jugadores y la continuidad de este deporte de manera global.