Tomás Etcheverry es un tenista argentino de 23 años, nacido en La Plata, que ocupa en la actualidad el puesto número 61 del ranking mundial. Pero desde que obtuvo su primer punto como profesional, sueña con alcanzar al serbio.

En los últimos años, el contador del platense se viene achicando. El primer cartel lo exhibió en 2016 a través de una foto en sus redes sociales, por aquel entonces el argentino había conquistado  su primer punto en Ecuador y Nole tenía 12.900: “Faltan 12.899”, escribió. En abril de 2022 la escena se repitió con su ingreso al top 100: “Novak Djokovic 8420 P, Tomás Etcheverry 714 P. Faltan 7706”.

La caza por el número uno del mundo nunca dejó de ser el objetivo para el tenista platense, y en su presentación en el Master de Roma, tras superar en primera a ronda al francés Luca Van Assche, su sueño se concretó. Se enfrentó por primera vez en su carrera a su máximo ídolo, pero antes volvió a exhibir el cartel con los puntos que le faltan para alcanzar al serbio en la pista central del Masters 1000 de Roma: “Novak Djokivic 7160 P, Tomás Etcheverry 804 P. Faltan 6356. Y como no podía ser de otra manera, la imagen se viralizó.

Seis años y medio después de que el albiceleste hizo su ingreso al profesionalismo y conquistó su primer punto de ATP, el progreso, las ganas, el deseo de derrumbar límites y de lograr objetivos quedaron a la vista. Esos casi 13 mil puntos de diferencia con el serbio se achicaron a 7160, y como deseo más fervoroso de su vida, este viernes se enfrentó en la segunda rueda de Roma a Nole, en el court central.

El argentino en el primer set le jugó de igual a igual y estuvo a dos puntos de quedarse con el set, pero como dice un viejo dicho, “los grandes te dan una sola oportunidad” y así fue. Nole se quedó con el primer set por 7-5 (5) y el segundo fue solo un trámite para el serbio que cerró el partido con un 6-2.

"Crecí viendo a Nole jugar y ganar, lo sigo desde muy chiquito. Cuando yo agarré una raqueta él ya estaba arriba. Cuando salga a la pista me enfrentaré a uno de los mejores de la historia, pero trataré de no respetarlo, animarme, ir a por todas", confesó antes del partido el argentino. Y si bien no puedo cumplir su sueño de abatirlo en el primer duelo entre ambos, su meta mayor es alcanzarlo en el tanteador, superarlo y quedarse con el número uno.

Su filosofía de vida y el manejo de las emociones

Etcheverry es la tercera raqueta del país y según lo que el mismo contó, su tremendo progreso está basado en el manejo de sus emociones. El argentino trabaja con un psicólogo desde hace casi cuatro años y al menos una vez a la semana tiene sesiones. Es una forma de cuidar su salud mental y canalizar sus pensamientos internos.

“Nunca en mi vida golpeé, ni rompí una raqueta, mis profesores me lo inculcaron. Y yo siento que la raqueta no tiene la culpa. Además, siempre fui muy tranquilo. No era de buscar quilombos”, contó Etcheverry en una nota a la ATP.

“La idea es controlarse, saber que cosas hizo uno mal. Ya no soy de llorar, ni recuerdo la última vez que lo hice por perder un partido. Ahora, sí me pongo mal si dudé de mí en un momento importante o cuando creo que lo pude hacer distinto. Ahí me empiezo a castigar, pero lo dejo ir rápido”.