Después de tantas idas y vueltas, declaraciones cruzadas e incertidumbre, finalmente se confirmó el futuro de Lionel Messi. No será Barcelona, que no llegó con el tiempo, sino Inter Miami, la franquicia de la MLS que lo convenció con un ambicioso proyecto deportivo y personal.

De la mano de David Beckham, fundador del club en enero de 2018, Leo recalará en tierras norteamericanas y, tal como sucedió en su última etapa en PSG, potenciará un plantel que no tiene el español como primer idioma. Aunque varios de sus compañeros llevan sangre latinoamericana y tres son compatriotas: Franco Negri, Nicolás Stefanelli y Benjamín Cremaschi.

El primero de la lista surgió de San Lorenzo, pero debutó profesionalmente en Quilmes. También pasó por Independiente Rivadavia, Belgrano, Godoy Cruz y Newell's, el club de los amores del N°10.

Por su parte, Stefanelli forjó su fútbol en las Inferiores de Defensa y Justicia y logró el tan ansiado ascenso a Primera División en 2014. Sin chances en Florencio Varela, el delantero fue cedido a Villa Dálmine y al poco tiempo regresó al Halcón para convertirse en una pieza clave de Ariel Holan.

Su periplo en la liga de Suecia lo hizo salir de la órbita futbolera nacional. Jugó en AIK Estocolmo, Anorthosis Famagusta de Chipre y Unión La Calera de Chile hasta recalar en Estados Unidos en 2023.

El caso de Cremaschi es particular porque nació en Florida pero sus padres son mendocinos. Volante categoría 2005, se formó en la Academia de Inter Miami, firmó contrato con apenas 17 años y se convirtió en el quinto jugador surgido de la institución en volverse profesional.

Ya fue citado hace un tiempo a la selección de Estados Unidos, aunque también recibió el llamado de Javier Mascherano y aceptó sumarse a la Sub 20 argentina. Por el momento, el pibe, admirador de Rodrigo de Paul, puede ser elegible para ambos combinados.