Ser hincha de Lanús en una ciudad leprosa y canaya es una situación tan extraña como particular. Quienes se encuentran en esa condición se ven obligados a compartir la pasión con un puñado de personas, a no poder vivir el folclore día a día contra el clásico rival, y menos aún festejar en el Monumento a la Bandera con una multitud embanderada con los colores del corazón. A excepción de que se trata de River, Boca o San Lorenzo, cuya afición local sí tiene un número considerable como para formar una comunidad del aguante futbolero. Pero para el resto, esos son los sinsabores de una pasión marcada por la distancia y es lo que acaba de suceder con el Club Atlético Lanús. Un grupo de hinchas granates se las arregla para seguir al equipo de su corazón desde Rosario y gritar campeón, tal como hizo este domingo.

La Peña Granate de Rosario se armó hace unos años, a la par de la mejor etapa de la historia del equipo del sur del conurbano, con tres campeonatos obtenidos en los últimos 9 años: torneo local 2007; Copa Sudamericana 2013 y la coronación 2016. Los viajes hasta Lanús ya son rutina para este grupo de hinchas que se nutre de rosarinos, casildenses y de otras localidades de la zona.

Los que siempre están son cerca de 10, aquellos que preparan un viajecito hacia el sur de Capital Federal en cuestión de minutos: se ponen las camisetas, meten unas banderas, y arrancan sin muchas vueltas. Cuando se juntan a ver los partidos por televisión son unos 25 hinchas que, comida de por medio, cantan las canciones aunque la cancha esté a 400 kilómetros.  

Este domingo fue especial porque el equipo fue un avión y nadie dudaba que podría salir campeón. “Estábamos nerviosos porque era en el Monumental, y ya estamos acostumbrados a ir a nuestra cancha, a comer el choripán en el mismo puesto, a hacer el ritual de siempre. Era todo muy raro lo que pasó ayer”, explicó Sebastián Sentenach, quien pertenece a la Peña Granate rosarina.

Según contó a Rosarioplus.com, cuando ya la diferencia parecía irremontable en la cancha, les picó el bichito y decidieron ir al Obelisco a festejar con toda la gente, ya que es una oportunidad única para estos hinchas. Es que reunirse en el Monumento a la Bandera para festejar un campeonato no es una posibilidad.  

“Los últimos dos campeonatos ganados estábamos en la cancha, pero en el 2007 dimos unas vueltas en el auto, unos bocinazos y festejos entre nosotros. Ir al Monumento por ahí no se puede, y no porque seamos pocos, sino por una cuestión de seguridad porque puede caer mal en la ciudad”, contó.

En el Obelisco colgaron la bandera de la “Filial Rosario”, tiraron algunos cantitos con el mar granate y se pegaron la vuelta a Rosario más contentos que nunca.