A pesar de que estuvieron dados todos los condimentos para atentar contra su realización, Newell’s tuvo este jueves una nueva edición de su tradicional Banderazo, con un marco distinto al habitual y que refleja más la actualidad de la institución rojinegra, signada por una violenta interna de la barrabrava y el mal rendimiento en lo futbolístico.

La saga de crímenes y detenciones de las últimas semanas relacionadas a la barra ‘leprosa’, junto con los disparos al aire en el ingreso al Coloso del martes, obligaron a que lo que tradicionalmente es un festejo nocturno se realice en horario laboral, con apertura de puertas a las 16 y salida de los jugadores a la cancha a las 17.

Con estos condicionantes y en un día gris y lluvioso, la cancha estuvo lejos de lucir su lleno habitual y el clima de las tribunas fue más hostil que festivo, con mensajes para los jugadores y para la comisión directiva.

No obstante, parte de la hinchada sí se acercó pese a todo para alentar a sus jugadores, aunque sin escatimar en el pedido de un triunfo de cara al Clásico frente a Central de este sábado a las 16.30.

Newell’s viene de sufrir una dura derrota como local por 4 a 1 frente a Estudiantes, y necesita ganar este fin de semana para volver a recobrar el ánimo de cara a un semestre en donde se encuentra a tres puntos de la zona de clasificación a copas y con un cuadro accesible en la Copa Argentina.

Las principales dudas para el partido pasan por las presencias de Armando Méndez y Rodrigo Fernández Cedrés, que trabajan a contrarreloj para recuperarse de sus lesiones y poder jugar, como así también por la de Juan Manuel García, por quien la ‘Lepra’ espera que el Volos de Grecia envíe los papeles para su habilitación.

A continuación, las fotos del ritual leproso: