Ainelén Bertotti Burket es una joven y prolífica artista visual que desde chiquita se maravillaba con las máquinas y herramientas de su abuelo carpintero. De él heredó el oficio que hoy continúa de forma autodidacta, y desde su Venado natal se vino a estudiar Bellas Artes a Rosario, donde continuó su deslumbramiento, ahora con las máquinas que pueblan la gran ciudad, manejadas para la pujante construcción urbana, que al caminar el último tiempo venía observando cómo las grúas movían sus brazos lentamente por los aires.

Junto a un equipo artístico y técnico, Ainelén estará filmando este sábado en las escalinatas del Parque España un video-performance de su autoría, compuesto por una coreografía en la que tres brazos articulados (plumas) danzarán a 16 metros de altura, al lento y acompasado ritmo del vals “Voces de primavera” de Johann Strauss de la mano de un cuarteto de cuerdas pensado por Lucas Maldonado Y en una clara apuesta al concepto del acontecimiento artístico, convoca a la ciudadanía a participar en el público, tomar registro, y usar el hashtag #Rascacielos en sus redes, y así sumar la obra al mundo virtual.  La cita es a las 17.30, y en caso de lluvia, el evento se realizará el domingo.

“La imagen del movimiento lento de los brazos mecánicos tocando el cielo hace tiempo me conmueven, y hasta soñé con ellos. Fue así que hace un año le conté la idea a mi amiga artista Aimé Fehleisen que quería hacer de esto una obra de arte real, y se embarcó, lo pensamos en serio, y no pensamos que lograríamos concretarlo algún día”, precisó emocionada Ainelén, en diálogo con Mirador.

Su obra “Rascacielos” resultó doblemente ganadora del Premio Artes Performáticas de Amigos del Museo de Bellas Artes (MNBA) y Galería Arthaus y también de la convocatoria Plan Fomento 2022 de Industrias Creativas Santa Fe. Gracias a ambos lauros pudo poner en campaña este proyecto que estimó un gasto que asciende a los dos millones de pesos. La video performance llevará una hora de rodaje y luego de un montaje final, la artista adelantó a este medio que “la obra se va a presentar en la Sala Prisma de Amigos del Bellas Artes en Buenos Aires este año, y seguramente luego en algún espacio público en Rosario”.

Artista convoca a participar de una performance de máquinas danzantes

Las tres máquinas que protagonizarán la apuesta son comandadas por tres operarios desde arriba de sus brazos. “Son los operarios ‘transformers’ de la obra, no son artistas sino conocedores de las máquinas, y en los ensayos fue increíble como entendieron el concepto. Es un lujo haber logrado el entrecruzamiento del equipo humano para llevar a cabo este vals”, destacó la autora, quien precisó: “Sé que vienen del palo de la construcción, lejos de las artes, y tengo en mi familia operadores y albañiles, y con su lenguaje productivo y todo, fue hermoso cómo ellos entraron en sintonía con esta obra”.

Y en torno a la participación del público en la puesta en escena, precisó: “La invitación es a venir a ser parte del rodaje, hacer su propio registro y compartir en redes. Como la perfo se repetirá varias veces en ese rato, la gente podrá moverse, sumarse o irse antes, filmar desde varios ángulos. Es en el marco de mi búsqueda de un arte más federal y de la gente, por eso decidí que se haga en Rosario y al lado del río”.

El evento será registrado con un dron desde arriba y con dos cámaras fijas siguiendo la performance de corrido en varias tomas que haga falta repetir. Y sobre la coreografía y la elección de esa canción, Ainelén Bertotti precisó: “Elegí ese vals que me venía a la cabeza de tantos cumples de 15 y casamientos, y la coreografía fue compuesta por Virginia Brauchli y ensayada con los operarios. Como las máquinas se mueven muy lento, se consideró eso en los movimientos durante el tiempo que suene el cuarteto de cuerdas en vivo”.

Un insight sobre la esencia de la obra artística

Los operarios estarán a 16 metros de altura arriba de las cestas sobre los brazos de las plumas, desde donde marcarán los ‘pasos de baile’ que cada una de sus máquinas irá haciendo. “Ellos se ven hermosos ahí arriba, y ya está todo ensayado para la performance, aunque es una incógnita cómo saldrá, me gusta entregarme a la incertidumbre”, aseguró la artista que lo craneó todo.

“Esa imagen me sensibilizaba mucho, me conmovía cómo un brazo gigante puede tocar el cielo con las manos. Y bueno, cuando estuve en uno de los ensayos me subí a una de las máquinas, y efectivamente, sé que acaricié el cielo con las manos, fue mucha la emoción”, compartió agradecida.

Analizó que “muchas veces los artistas tienen cierta mezquindad de no contar antes su obra, y la idea al contar antes (aunque sea spoiler), es entregarnos un poco a lo que va a suceder, y contar así con la participación del público. Sin miedo al error, y eso es algo que aprendí en la carpintería”.

La obra tiene varias capas filosóficas que Ainelén pensó y compartió: “En torno a pensar al cuerpo sin órganos que son las máquinas, preguntarse dónde empieza el cielo, y la mirada de la ciencia ficción que propone la mirada de Armaggedón con la distopía de que las máquinas nos doiminarán”.

Sin embargo la mirada que ella tiene sobre su propia obra, así como en su vínculo con las máquinas es otra, quizás más del cine de Cronenberg: “Vengo pensando qué pasaría si al revelarse, las máquinas en vez de buscar dominar el mundo, quisieran bailar, abrazarse, liberarse del hombre, en vez de eliminarlo. Es una búsqueda de cambiar los parámetros de productividad con los que fueron creados”.

Entonces habló sobre su fascinación con las máquinas desde pequeña: “Recuerdo que al visitar a mi abuelo disfrazaba sus herramientas como si fueran muñecas. Y desde hace ya años que al caminar por las calles de Rosario me maravillo cada vez que descubro cómo una grúa o una pluma mueve su brazo lentamente por los aires, esa lentitud tiene para mí un atractivo poético".

Aunque reconocida su trayectoria por su joven carrera, con exposiciones en Rosario en Crudo y Subsuelo, y en la Bienal de Buenos Aires (2021-2022), Ainelén reconoció que como muchos artistas es “independiente y sin espalda, haciendo esta obra costosa y difícil, por lo que fue mucho lo aprendido en el alquiler de las máquinas y los trámites de gestión municipal para realizarlo en el Parque España. Fue difícil que alguna empresa nos alquile las máquinas, que debían ser las tres iguales y de poco peso, y lo logramos tras mucho trabajo junto a la productora Aimé que apostó desde el principio”, recordó.

En 2017 Ainelén Bertotti fue nombrada Artista Distinguida de la ciudad de Rosario por el Concejo, y cuenta con el Premio Bienal Arte Joven (2022) y el 4° premio en la Bienal de Florencia (2017), y también una Beca de creación individual otorgada por el FNA (2021).

Se sintió afortunada de poder concretar esta obra que propone encontrar poesía en algo tan productivo como una máquina de construcción, y en ese sentido destacó poder llevarlo a cabo a partir de haber obtenido el premio de Amigos del Bellas Artes+Arthaus y el subsidio provincial anual de Fomento, cuando reconoció “ser una joven que paga el alquiler de un departamento y tiene su taller de carpintería a pulmón”. En este sentido enfatizó en la importancia de que “existan líneas de subsidios y financiamiento para artistas de todas las disciplinas desde el Estado, y donde falta es en el nivel municipal”.