Santiago Beretta presenta su novela “Oficina de investigación existencial”
La novela de Santiago Beretta, director de la revista Apología, se presenta este sábado 17 de agosto a las 19hs en El Trocadero (Santiago 989). Durante el evento acompañarán al autor la periodista Arlen Buchara y el escritor Roberto García, y el músico Toni Temple cerrará la velada con sus canciones.
“Publicada por el editorial Casagrande, Oficina de Investigación Existencial cuenta la historia de un pibe de 23 años que alquila un local en el sótano de una galería perdida en el centro, y publica un aviso para quienes necesiten contar su historia” cuenta Beretta al ser consultado por el libro, y agrega: “así, brinda un servicio, porque la gente puede desahogarse, y obtiene un beneficio: ir juntando relatos que le permitan encontrar el relato, el latido que conecta todos los latidos de la ciudad”.
El autor explica que “por supuesto, nada sale según lo planeado”. “Los personajes se mezclan y se entrelazan en el mundo del protagonista, la ciudad se abre en aventuras y paisajes escondidos, tramas turbias o románticas, paisajes existenciales atemporales y realidades que, de tan a la vista, parecen escondidas”, señala.
En ese sentido, la historia principal de la novela es una excusa para desplegar un abanico de recursos literarios que Beretta ya viene utilizando en sus crónicas -además de haber dirigido Apología, escribe asiduamente en medios de la ciudad- y también trabajar algunos nuevos. Así, parecería estar en una novela de conversación, pero a la siguiente página se transforma y aparece una secuencia de acción que no tiene nada que envidiarle a Salgari.
La versatilidad es clave, y funciona como un espejo: las historias que el protagonista escucha, son la novela que estamos leyendo. Este periodista precarizado y harto de su oficio -que el autor decide bautizar como Beretta, asumiendo plenamente la primera persona- no busca ya hacer periodismo de investigación, si no una investigación literaria. Y en vez de revolver los anaqueles de las bibliotecas, donde la literatura ya está hecha y archivada, se vuelca ahí donde es embrionaria: las personas.