¿De qué trata la segunda temporada de El Encargado?
Todo un experto en transitar entre el humor y el drama, Guillermo Francella lleva su versatilidad a nuevos lugares en la vuelta de "El encargado", la serie de Mariano Cohn y Gastón Duprat que, con el estreno de su segunda entrega este miércoles 29 en Star+, amplía y profundiza la mente de un protagonista que le permite "pasar de ser empático y angelado a oscuro y diabólico en una línea".
"Esta segunda temporada los va a atrapar. Hay mucha tela para cortar, hay mucho ingenio también para encontrar nichos no explorados. Está muy interesante, y no sé cuál será el techo de esto", ahondó el actor en diálogo con Télam sobre la continuación de esta ficción de sello nacional, que tras su lanzamiento en octubre del año pasado, se convirtió en una de las más aplaudidas por el público del streaming a nivel local y extranjero.
La trama gira alrededor de Eliseo, el portero de un edificio ubicado en una alguna zona paqueta de la Ciudad de Buenos Aires que tiene mucho que ocultar detrás de su servicial y amable fachada.
Los siete episodios de media hora que se avecinan quiebran rápidamente el ánimo triunfalista que había alcanzado después de armar -y rearmar sobre la marcha- un complejo plan de espionaje y sabotaje y un impresionante tejido de mentiras para evitar quedarse sin vivienda y sin fuente de trabajo. Es que esta vez, la amenaza directa al dominio sobre su territorio urbano estirará más que nunca los límites de las facetas más perturbadoras de su personalidad.
El detonante surge con la mudanza de Lucila Morris (María Abadi), la famosa titular de una fundación solidaria, que desde el vamos huele algo raro en las cuentas del edificio y se propone auditar y corregir los huecos en las expensas, los proveedores y toda la burocracia del consorcio. Sin embargo, se trata de una arremetida que pone contra las cuerdas a Eliseo pero también al desagradable abogado Matías Zambrano (Gabriel Goity), su principal enemigo y quien lo había puesto en jaque la temporada anterior.
Con recursos más sofisticados que nunca para desplegar sus tácticas de manipulación, aunque no sin enfrentarse en el camino a algunas sorpresas que sacuden su sensación de control y sus emociones, el encargado y Zambrano ahora deberán colaborar -con una química actoral expuesta en todo su esplendor- para ponerle un freno a la cuestión.
Francella
Télam: ¿Con qué Eliseo nos vamos a encontrar esta vez? ¿Qué le espera?
Guillermo Francella: Siempre está con dificultades, con escollos, pero en este caso hay algo distinto, porque aparece una nueva propietaria que quiere revisar papeles y se encuentra con otra dificultad severa, porque ella ve determinados piolines que no solamente él maneja en el consorcio sino también el personaje de Zambrano. Eso implica algo bastante atípico en ellos y es que tienen que juntarse, unir fuerzas. Eso me pareció muy interesante de esta temporada, además de que surgen cuestiones de todo tipo y ocurren cosas que lo cambian mucho a Eliseo.
T: Entre ellas, algo en su pasado que lo alcanza en el presente...
GF: Sí, hay algo de su pasado que aparece, muy virulento. Pero también ocurren cosas en el consorcio mismo, un detonante que a él lo cambia desde el punto de vista emocional. Hay momentos muy jugosos para transitar, siempre con la pluma de estos muchachos (Cohn y Duprat), que los enaltecen. "El encargado" tiene algo tan sólido en cuanto a la dramaturgia, tan sólido para alguien desde lo interpretativo, que te puede permitir pasar de ser empático y angelado a oscuro y diabólico en un segundo, en una línea.