Acampe y vigilia en las afueras del Kentucky para saludar a Messi
Hombres, mujeres, grandes, chicos, varios fanáticos hacen vigilia desde el martes para saludar a Lío en la puerta del country de Funes donde vino a pasar las fiestas. La mayor ilusión, una foto con el campeón del mundo que, además, siempre se presta al cariño de la gente.
Un saludo, una firma, una selfie, son algunos de los deseos de Navidad de muchos de los funenses y rosarinos que saben que, como todos los años, Lionel Messi está en la ciudad para pasar las fiestas con su familia. Pero claro, a su figura gigante, este año le agregó un detalle no menor, ¿no? El hijo pródigo es ahora un vecino, el campeón del mundo.
La ilusión de los hinchas es genuina. Algunos se animaron a pasar la noche en las puertas del country Kentucky, donde el número 10 de la selección tiene una propiedad. Otros hacen vigilia en las afueras a la espera de algún gesto o movimiento que pueda acercarlos al flamante campeón.
En las últimas horas de la tarde del martes Lionel Messi llegó a su casa en el barrio privado Kentucky. Junto Ángel Di María y Paulo Dybala, viajó desde el aeropuerto de San Fernando a Rosario en un avión privado tras la interrumpida caravana por la Ciudad de Buenos Aires. La locura social en la ciudad fue tremenda, con mucha emoción para los privilegiados que lo pudieron ver de cerca.
Los tres futbolistas llegaron poco después de las 18.30. La Pulga y el Fideo se subieron a un helicóptero que los condujo al barrio de Funes, mientras que Paulo Dybala partió para Córdoba, su provincia, aparentemente para Laguna Larga, su pueblo.
El gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, fue a recibir a los tres futbolistas. Hubo una fuerte guardia periodística en el aeropuerto, pero solo se permitió tomar imágenes de larga distancia, sin posibilidad de tener contacto con los futbolistas.
Al llegar el helicóptero al barrio, el Kily González esperaba a Messi y Di María. Para Leo ya había un vallado preparado para evitar que los hinchas se le tiren encima, aunque igual se acercó para sacarse fotos con los fans antes de subirse a un auto manejado por su esposa, Antonela Rocuzzo, que lo esperaba para trasladarlo a su casa.
En casa estaban sus tres hijos, una sobrina y la mamá de Leo, que estaban desde este lunes por la tarde tras viajar desde Doha
Hubo una custodia policial que facilitó el ingreso del auto que llevó a Messi hasta su casa. El grito de "dale campeón" fue varias veces repetido. Mucha emoción. El auto ingresó lentamente al garaje porque la algarabía era enorme.