Creó constelaciones con bacterias y ganó un premio mundial de bioarte
Una odisea de salmonelosis. Así bautizó su obra de bioarte María Laura Echarren, la biotecnóloga becaria de la Universidad Nacional de Rosario y Conicet, elegida por el público en el certamen mundial “Agar Art” de la Sociedad Americana de Microbiología (ASM), por su trabajo que emula constelaciones con bacterias de salmonella, gelatina de agar y placas de Petri.
La científica del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR) se coronó así en el cuarto lugar del concurso, detrás de las primeras tres que fueron elegidas por un jurado especializado en bioarte. Fue la primera elegida con el People’s choice con más de 1500 “Me gusta” y cientos de compartidos en Facebook.
Para su particular “lienzo”, la joven santafesina radicada en Rosario utilizó un tipo de salmonella para emular las estrellas, y cepas de la misma genéticamente modificadas para que generen una proteína verde fluorescente, con la que creó las constelaciones. Cada punto es una colonia bacteriana separada, visualizada bajo una luz ultravioleta y sobre un fondo negro: el resultado a la vista, los círculos (placas de Petri) color azul eléctrico, y en su centros, el hemisferio norte imita las constelaciones de Leo, Pegaso y la Osa Menor, y el hemisferio sur con Orión, la Cruz del Sur y Fénix.
María Laura relató en diálogo con Rosarioplus.com cómo surgió participar de su primer concurso de bioarte: “Suelo estudiar la salmonella a nivel molecular en el IBR, investigo cómo sobrevive al medioambiente, y también de qué forma es capaz de infectar a un ser vivo, con el fin de buscar curas a la gastroenteritis: observo sus colores con lupa, las modifico genéticamente y observo cómo reaccionan, y en cada cambio les saco fotos. Y por fuera del laboratorio, soy aficionada a mirar las estrellas con amigos, a veces vamos a los parques a ver los fenómenos de la luna, por gusto y sin mucho conocimiento, por lo que siempre que trabajo estas bacterias imaginé constelaciones”.
En este sentido la doctoranda venía reflexionando acerca de las similitudes entre los microbiólogos y los astrónomos, ya que “ambas profesiones ven y estudian objetos que no están a simple vista, nosotros con microscopio y ellos con telescopio”. Y fue en esa similitud que encontró el concepto para su obra artística que llevó al concurso internacional: “Somos microscópicos en la inmensidad del universo, como las bacterias son para nosotros”.
Fue en medio de su trabajo, luego de tomar fotografías a unas cuantas bacterias de salmonella en placas de Petri y con la gelatina de Agar (producto transparente para cultivar las bacterias) que encontró “formas y colores impresionantes”, y antes de concursar, ya había realizado una tarjeta navideña con estas fotos, que el IBR utilizó para enviar a todos sus científicos en la pasada Navidad.
Una jefa del área de difusión hizo saber al grupo de trabajo sobre el concurso Agar Art, y fue entonces que la joven se animó a pensar, componer y crear sus propias constelaciones microscópicas para el evento. “Planearlo me llevó un día, después puse las bacterias en las placas de Petri en la posición de cada estrella de Orión, Fénix, etc; luego dejé pasar una noche entera para que evolucionen, y al día siguiente crecieron lo suficiente para que las manipule. Después las uní punto por punto, formando las constelaciones”.
La obra de Echarren se expone en junio en la galería de “Agar Art” y en la sala de exposiciones en la conferencia anual “ASM Microbe 2018” del 7 al 11 de junio en Atlanta, Estados Unidos. Además como premiación, la biotecnóloga recibirá una gift card para compra en Amazon y otra de ediciones de la Sociedad Americana de Microbiología.
“El objetivo de este concurso es recordar a la sociedad cómo los seres vivos vivimos con las bacterias y levaduras, que no podemos vivir sin ellas”, explicó Echarren, a la vez que reconoció que la entusiasma tener un año para pensar en qué consistirá su próxima obra.
En el concurso de la ASM se presentaron 156 trabajos de 109 artistas provenientes de 23 países que fueron evaluados por un panel de científicos y bioartistas. Se evaluó en función de la creatividad, el diseño, la precisión científica en la descripción y la accesibilidad para un público en general. De éstos, unos 47 trabajos fueron preseleccionados para competir por el premio elegido por la gente, el cual se podía votar a través de Facebook con un “Me gusta”. Fue allí que Echarren fue la más votada, “con la ayuda generosa de los compañeros del IBR que difundieron y ‘megustearon’”, reconoció.
El primer premio lo obtuvo Ana Tsitsishvili, estudiante de pre grado en la Universidad de Agricultura de Georgia, Tbilisi, Georgia con su obra titulada “La batalla de invierno y primavera”.
El segundo lugar lo obtuvo Bornali Bhattacharjee, Dr. del Instituto Nacional de Genómica Biomédica, Kalyani, India Con su obra titulada "My Yellow Vision".
El tercer lugar fue para Mehmet Berkmen, científico de New England Biolabs y Maria Peñil Cobo, una artista de medios mixtos. La obra coparticipativa fue titulada “Sustenance”.