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Una empresa de Madrid desarrolla un proyecto de realidad virtual que permite ver edificios en detalle desde cualquier parte del planeta. La Catedral Anglicana del Redentor, ubicada en el centro de Madrid, se ha convertido en la primera de España que se podrá visitar virtualmente.

Claro que para que esto esté disponible a un sólo cick fue necesario que un grupo de técnicos con un sistema de escáner láser con una precisión de 0,4 milímetros, capturen las medidas interiores y exteriores de cada uno de los monumentos. 

En el caso de la Catedral Anglicana del Redentor, el edificio data de 1880 y fue diseñado por el arquitecto Juan Madrazo, que estudió en Francia a mediados del siglo XIX y era un gran experto en restauración de edificios medievales, aunque la construyeron sus discípulos Enrique Repullés y Juan Cabrera.

“Es de estilo neogótico madrileño, es decir, que es un estilo propio de Madrid y, aunque es principalmente gótico, toma algunos elementos del románico y de otros estilos como los arcos”, explica Carlos López Lozano, el Obispo Anglicano de Madrid. El interior del templo es modesto, de pequeñas dimensiones comparado con el resto de catedrales españolas y en el muro derecho hay un órgano artesano creado por Juan Francisco Sánchez.

Las tomas de los exteriores de la catedral las han realizado con drones. “Hacemos cientos de fotografías en alta definición y después unimos las imágenes y creamos representaciones completas 3D de los edificios, lo que significa crear una realidad totalmente inmersiva para cualquier visitante del mundo”, asegura Karsten Becker, director general de Sputnik7.

Pero este novedoso sistema no sólo tiene ventajas en términos de comodidad, sino también de accesibilidad y conservación de los espacios históricos. “No solo sirve para un usuario que esté en la otra punta del mundo, también para personas con problemas de movilidad o personas mayores “, añade. El recorrido virtual podrá realizarse dentro de unos días. Además, tener conocimiento de las dimensiones exactas de los monumentos permitiría que en el caso de catástrofes como el incendio de la Catedral de Notre Dame del pasado 15 de abril, las labores de reconostrucción podrían realizarse de manera exacta.