Abrazo popular a la escuela que no abre desde que mataron a dos de sus alumnos
Es la Nº 240 "Lola Mora", en el Fonavi de Seguí y Rouillón. Eric Galli y Valentín Solís estudiaban allí hasta que la semana pasada fueron asesinados a sangre fría. La comunidad educativa se movilizó para reclamarle al Estado paz. "No podemos mandar a nuestros hijos a la escuela, ni dejarlos jugar en la vereda", contó una madre.
En la Escuela Lola Mora en barrio Triángulo permanecen sin dictar clases por temor desde que el pasado miércoles fueran acribillados dos de sus alumnos Eric y Valentín, y el jueves otros dos resultaron heridos. Este miércoles desde el gremio Amsafé, seccional Rosario, alumnos y maestras realizaron un abrazo solidario y reclamaron a las autoridades mayor seguridad para la comunidad educativa.
“Soy madre de una alumna. Los chicos no pueden concurrir a clase, no hay seguridad en el barrio. No podemos salir a ninguna hora, los chicos no pueden salir a jugar en la vereda. Pedimos a las autoridades que hagan algo porque el barrio está muy jodido”, precisaba una mujer entrevistada en Sí 98.9.
Al abrazo solidario se acercó el diputado Carlos Del Frade, quien destacó “la valentía y el gesto de salud mental, responder al miedo colectivamente con el abrazo solidario”, y luego aseguró que “las fuerzas federales y la policía de Santa Fe sabe de los lugares de venta de drogas en determinados horarios, un cambio tras la destrucción de los bunkers. Ellos sabían que pasa esto en este barrio y sin embargo se retiraron”.
De esta forma fustigó: “Es directa responsabilidad de su hipocresía, que están para proteger y propiciaron el narcotráfico y narcomenudeo”.
El vecindario señala que el playón deportivo municipal que domina la esquina de Seguí y Calchaquí alberga la mayor parte de la compraventa de drogas en la zona. Y eso ocurre a menos de 100 metros de la comisaría 19ª.
Por su parte el referente de Amsafé Rosario, Juan Pablo Casiello reclamó a “las autoridades de Seguridad tomar medidas para fortalecer las escuelas con respuestas para los pibes de los barrios y las familias. Hay un estado de desesperación, las autoridades no están a la altura de la situación. Hay que seguir apostando a forjar los vínculos, porque hay mucho miedo”.