Padres de secundarios de la UNR salieron en defensa de la lucha docente
Difundieron un comunicado de apoyo a la pelea contra el recorte presupuestario a la educación pública, y replicaron así a otros padres que habían cuestionado el paro dispuesto por Coad.
La grieta en las escuelas secundarias que dependen de la Universidad Nacional de Rosario quedó al descubierto. Luego de que la semana pasada un grupo de "padres autoconvocados" de alumnos cuestionara al sindicato docente por las cinco semanas de paro y lo acusara de una actitud desestabilizante, ahora salió al cruce otra expresión denominada "Asamblea de Madres y Padres de Secundarios de la UNR, que banca la lucha gremial y la defensa irrestricta de la educación pública.
“En un contexto nacional de recortes presupuestarios, una inflación proyectada en más del 40 por ciento y políticas que amenazan con desmantelar el sistema educativo, desde la Asamblea de Madres y Padres de Secundarios de la UNR manifestamos nuestra firme defensa de la educación pública y gratuita como un derecho humano inalienable. Ante la crisis de financiamiento que arroja a la educación a un futuro incierto, rechazamos cualquier intento de privatización o iniciativa arancelaria que tiendan a convertirla en un bien de mercado. La educación no es un servicio. Es un derecho conquistado y refrendado por décadas de tradición y que debe ser garantizado por el Estado”, dice el comunicado.
El apoyo expresado plantea una posición muy distinta en la comunidad educativa del Politécnico, del Superior de Comercio y de la Agrotécnica de Casilda, y se vio reflejado en el acompañamiento popular a la convocatoria docente del 29 de agosto. “Como padres y madres de estudiantes secundarios, allí estuvimos. Defendiendo el derecho a huelga, con la convicción de que una educación pública de calidad sólo puede sostenerse con salarios dignos. Creemos que, en una sociedad democrática, no debe limitarse nuestra libertad de expresarnos: apoyar el legítimo reclamo de mejoras salariales y presupuestarias no es desestabilizar a un gobierno”, señalaron en tácita alusión al planteo de los llamados “padres autoconvocados”.
“Las aulas, mientras tanto, no estuvieron vacías –añadieron-. Cientos de chicas y chicos participaron en las tomas pacíficas de sus escuelas en defensa de la educación pública, resueltas en asambleas de estudiantes de un desempeño cívico ejemplar. Rescatamos el invaluable aprendizaje que significó esa experiencia colectiva de formación ciudadana y ejercicio pleno de la democracia. Por supuesto que, como familias, anhelamos que nuestros hijos e hijas avancen en sus programas de estudio e incorporen conocimientos. Pero entendemos que la presencia en las aulas no puede ocurrir a cualquier precio. La presencia en las aulas sólo se garantiza con inversión, presupuesto, condiciones edilicias seguras, laboratorios y talleres equipados, y salarios dignos. Creemos, además, que una educación integral, inclusiva y de calidad –la formación, en suma, de ciudadanos libres y con sentido crítico– no puede reducirse a la simple asimilación de contenidos disciplinares”.
Los padres señalaron, además, su inquietud por el atraso en la homologación de los títulos con que egresan los alumnos del Instituto Politécnico, que se encuentran en trámite de aprobación a nivel nacional desde hace dos años. En ese marco, elevaron su “rechazo al recorte de partidas presupuestarias de educación, ciencia, tecnología e infancia para ser destinadas a fuerzas de seguridad, tal como se anunció en el boletín oficial del lunes pasado”.
El mensaje remarca la negativa del oficialismo a tratar en Diputados la emergencia educativa, el secuestro y tortura de una maestra en Moreno que trabaja con ollas populares, y la muerte de una vicedirectora y un portero por una explosión de gas, como síntomas de una situación que los preocupa. “Apelamos a que los ciudadanos que no desean resignar las libertades y garantías conquistadas nos acompañen en el enérgico rechazo de estos procedimientos mafiosos y en la defensa de la educación como un bien público, que nos ofrece el encuentro con los otros, nos iguala y nos hace libres”, concluyeron.