La figurita de la NBA que multiplicó su valor por un hecho insólito
Una tarjeta coleccionable de la temporada 89/90 de la NBA donde aparece el jugador Mark Jackson cobró un valor impensado debido a que además del deportista, se puede observar en primera fila a una pareja de hermanos conocidos por el asesinato de sus padres. En lo que fue el caso criminal más resonante del año 1993 en los Estados Unidos.
Los hermanos Lyle y Erik Menéndez saltaron a la fama tras ser condenados a cadena perpetua por matar a sangre fría a sus padres. Los crímenes ocurrieron el 20 de agosto de 1989, en la mansión de Beverly Hills (California) que ambos compartían con sus progenitores. Durante el año ´93 el caso fue televisado en Estados Unidos, lo que generó la atención del público norteamericano. Todo ese año el caso apareció en las primeras planas y es muy recordado, tanto es así que ha sido mencionado en películas y hasta la serie La ley y el orden le dedicó un episodio en el año 2017.
El caso volvió a tener relevancia cuando un usuario de la red social Reddit descubrió que en la tarjeta del jugador Mark Jackson de la temporada 89/90 los hermanos aparecían en primera fila del Madison Square Garden viendo a los New Yorks Knicks. Este hecho produjo que el valor de la tarjeta se disparara de centavos a unos 500 dólares.
Los investigadores del homicidio del matrimonio Menéndez posaron su mirada en los hijos por el rumor de sus abultados gastos. La familia era adinerada, pero siempre mantuvo un perfil bajo; en cambio los hermanos habrían gastado alrededor de 1 millón de dólares pasados solamente 6 meses del asesinato de sus padres. Estos hechos fueron difíciles de probar para la fiscalía al momento del juicio, la tarjeta hubiera sido importante para probar que al menos asistieron a un partido de la NBA en dos de los asientos más caros de todo el estadio.
Finalmente, los hermanos Menéndez fueron condenados de por vida y sin posibilidad de libertad condicional. Luego de la condena definitiva en 1996, fueron separados en distintas cárceles de máxima seguridad hasta abril del 2018 donde se volvieron a ver las caras luego de 22 años en la prisión de San Diego en el estado de California.