El animal arrojado desde un helicóptero a la pileta del empresario textil, Federico Álvarez Castillo, generó un fuerte cuestionamiento al empresario y a su esposa Lara Bernasconi. Rápidamente salieron a despegarse del asunto diciendo que no fueron ellos los autores del triste episodio, sino que fueron víctimas de una broma de mal gusto que terminaron pagando.

Según publica Infobae, el matrimonio sabe claramente quién fue el autor del hecho. El mismo se originó en una conversación informal entre Álvarez Castillo y un conocido empresario que también visita las playas esteñas. Éste invitó al dueño de la firma textil y a su familia a compartir una comida.

Aparentemente le dijo “hagamos un cordero, yo lo consigo y te lo mando en Uber”, prometió en tono jocoso. Álvarez Castillo aceptó la propuesta, como una más de las tantas que ya habían concretado. Pero quedó intrigado por el presunto envío de Uber del animal. “Vos quedate tranquilo, que yo ahora te lo llevo en Uber”, le contestaron.

Álvarez Castillo sospechó que escondía una de sus bromas habituales. Tanto que cuando horas después escuchó el ruido del helicóptero sobre su casa en José Ignacio y grabó con su teléfono celular la caída del chancho (o cordero, según la versión del empresario). La reacción entre risas y carcajadas es claramente de quienes esperaban que algo extraordinario sucediera. Álvarez Castillo y su mujer saben quién arrojó el animal pero lo están resguardando.