Un hombre fue detenido en la noche del miércoles cuando intentaba entrar cargado con dos bidones de gasolina y dos encendedores en la catedral de San Patricio de Nueva York, según informó la Policía.

El individuo, de 37 años y residente de la vecina Nueva Jersey, fue visto por un guardia de seguridad, que le impidió la entrada y que alertó a dos agentes que se encontraban frente al templo.

Según las autoridades, el hombre dijo a los policías que simplemente pretendía atravesar la catedral para llegar a su vehículo, estacionado cerca y que se había quedado sin combustible. Sin embargo, los agentes comprobaron que eso no era cierto y, dado que las respuestas del hombre eran poco convincentes, decidieron su arresto.

El comisario adjunto de Inteligencia y Antiterrorismo, John Miller, aseguró en una conferencia de prensa que la situación era "muy sospechosa", sobre todo al producirse dos días después del devastador incendio que afectó a la catedral de Notre Dame en París.

Cuando fue detenido, el hombre portaba dos bidones de gasolina de dos galones (7,5 litros) cada uno, dos botellas de líquido encendedor y dos grandes mecheros como los que habitualmente se usan en cocinas y parrillas. Además, luego se recuperó un tercer bidón de gasolina dentro de su vehículo.

El hombre fue trasladado a una comisaria para ser interrogado y, a priori, no hay indicaciones de que el suceso pudiese ser de tipo terrorista, según dijo Miller. En tanto, medios locales lo identificaron como Marc Lamparello, un estudiante de doctorado en Filosofía en la ciudad, citando a fuentes policiales.

Este jueves, el diario New York Post informó de que el individuo tenía comprado un boleto de ida con destino a Roma para esta noche. Además, según este medio, había tenido un encontronazo con la Policía la semana pasada, cuando se negó a abandonar una iglesia en la localidad de Newark a la hora del cierre, alegando que quería rezar.

Según el Post, como resultado fue acusado de entrar ilegalmente en una propiedad y de resistirse al arresto. El diario indicó además que Lamparello fue tratado en el pasado por problemas psiquiátricos y que sus familiares dijeron a la Policía que actualmente no está tomando ninguna medicación.

A través de Twitter, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, alabó la rápida respuesta de la Policía y dijo que la ciudad está trabajando para proteger los espacios religiosos mientras se celebra la Semana Santa.

(EFE)