__tadevel:head__

El cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu utiliza la realidad virtual en su último documental "Carne y arena". Se trata de que los espectadores puedan vivenciar y reflexionar sobre el drama de los migrantes que intentan llegar a Estados Unidos. 

"Mi intención ha sido experimentar con la tecnología de la realidad virtual para explorar la condición humana en un intento por romper con la dictadura del marco dentro del cual las cosas son solamente observadas", indicó el director en un comunicado replicado por EFE.

En tanto, la pieza audiovisual tiene una duración de aproximadamente siete minutos durante los cuales involucra al público a través de una original puesta de realidad virtual. La experiencia comienza en una habitación extremadamente fría, una "hielera", tal como se conoce a las celdas de detención de migrantes en Estados Unidos.

Para ser parte de "Carne y Arena- Virtually present, Physically Invisible" (título original), se requiere que los asistentes sigan una serie de pasos. En primer lugar, deben descalzarse e inmediatamente encontrarse con decenas de zapatos esparcidos por el piso, los cuales fueron encontrados en el desierto de Sonora, en Arizona, ubicado en el límite entre México y Estados Unidos (lugar donde el presidente estadounidense, Donald Trump, quiere poner un muro).

Acto seguido suena una alarma y una luz roja notifica a los espectadores que pueden ingresar.  Detrás de la puerta de metal el público se encuentra con un espacio oscuro colmado de arena.

Allí, el visitante recibe una mochila, unos audífonos y un casco para experimentar con realidad virtual para lograr la percepción de que se "está" en pleno desierto. En tanto, la persona no se encuentra sola sino junto a un grupo de migrantes, un "coyote" que trafica humanos, helicópteros de las patrullas fronterizas y policías que emiten órdenes en inglés y español.

Al término de esta vivencia, el espectador se encuentra con los verdaderos rostros de los inmigrantes que inspiraron la historia, lo cual conforma el golpe final de concientización que se propuso Iñarritu.

La obra del mexicano acaba de pasar por el festival de Cannes y al momento se exhibe en el Museo de Arte de Los Ángeles. Las entradas se agotaron desde la apertura de la exhibición y los interesados tienen que insistir por semanas para lograr participar de esta experiencia.