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Lloyd Olsen y su mujer Clara vivían en una  granja de Fruita, en Colorado, Estados Unidos. Como era habitual, el granjero decapitaba a las gallinas y su esposa las limpiaba, aunque esta vez no todos los pollos tuvieron el mismo destino, ya que Mike, sobrevivió a la masacre.

"Llegaron hasta el final y se dieron cuenta de que uno todavía seguía vivo y andaba caminando", dijo el bisnieto de la pareja, Troy Waters, también agricultor de Fruita. Lo dejaron por la noche en un cajón de manzanas y, cuando Olsen se despertó a la mañana siguiente y fue a ver qué había pasado, el animal continuaba con vida.

"Lloyd llevó los pollos al mercado del pueblo para venderlos", cuenta Waters. También llevó al animal descabezado y comenzó a apostar por cervezas u otras cosas que tenía una gallo vivo sin cabeza. El rumor sobre el extraño animal comenzó a agrandarse. El diario local envió un reportero a entrevistar a Olsen y dos semanas más tarde se le acercó un promotor de espectáculos llamado Hope Wade, de Salt Lake City, en Utah, para proponerle  ir de gira con el pollo.

A Mike lo alimentaban con comida líquida y agua directamente por el esófago. Otra función vital con la que lo ayudaban, era limpiarle el moco de su garganta. 

La noche en que murió, los Olsen se despertaron con el ruido del animal ahogándose. Cuando buscaron la jeringa, se dieron cuenta de que se la habían olvidado en la feria y, antes de que pudiesen encontrar una alternativa, Mike se había ahogado.

"Durante años decía que lo había vendido a un hombre en el circuito de las ferias", dijo Waters. "No fue sino unos años antes de morir que finalmente me dijo que se le había muerto. Creo que no quería admitir que había metido la pata y había dejado morir a la gallina de los huevos de oro".

Lo que más sorprende a Tom Smulders, experto en pollos del Centro para el Comportamiento y la Evolución de la Universidad de Newcastle es que no se haya muerto desangrado. El hecho de que pudo continuar funcionando sin cabeza, es para él más sencillo de explicar, ya que la mayor parte del cerebro del gallo está en su parte posterior.

Reportes indican que el hachazo le quitó a Mike el pico, la cara, los ojos y una oreja. Pero Smulders estima que hasta un 80% de su masa cerebral (y casi todo lo que controla el cuerpo del pollo, incluidos el ritmo del corazón, la respiración, el hambre y la digestión) permaneció intacto.

En su momento, se sugirió que Mike sobrevivió porque parte o todo el tronco cerebral seguía pegado al cuerpo. Desde entonces la ciencia ha evolucionado y se descubrió que lo que se llamaba tronco cerebral es parte del mismo cerebro.

Fuente: BBC