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Directo y sin filtro, como es habitual, el jefe de Gabinete Aníbal Fernández opinó que si él fuera el fiscal del caso Nisman "hubiera detenido" a la madre del funcionario judicial fallecido, Sara Garfunkel, tras el hallazgo en su domicilio particular de un arma similar a la usada en la muerte de su hijo.

Incluso agregó que “hubiese allanado su casa hace 88 días por lo menos” con el propósito de “ver qué sucedió, qué es lo que sabe y cómo se movilizaron” sus familiares. De esta forma, generó un manto de sospechas sobre la madre del fiscal encontrado muerto el pasado 18 de enero.

Admitió que “por primera vez coincide” con la ex esposa del fallecido fiscal, Sandra Arroyo Salgado, con respecto a que la incorporación en la causa del arma que estaba en poder de la madre “cambia todo” el eje de la investigación.

El jefe de ministros no sólo se refirió a lo judicial, sino también al terreno religioso, al destacar que en la tradición judía “se presta una particular atención, reconocimiento y respeto por el fallecido, que es el duelo de los 30 días, y se vive con una intensidad mucho más fuerte que lo que solemos hacer los cristianos”.

En relación a esto, acotó que “llama mucho la atención que aún estando el cuerpo de Nisman en la morgue la madre fue a las sucursales 15 y 17 del Banco Ciudad para abrir las cajas de seguridad y llevarse todo”.

Reconoció que “legalmente lo podía hacer porque era copropietaria junto con él”, pero le llama la “atención que abandonará el duelo de su hijo para sacar las cosas de las cajas".

"¿Y si había una carta suicida y/o una amenaza? Y, si yo soy fiscal, la hubiese detenido, no tenga ninguna duda y hubiese allanado la casa hace 88 días con el propósito se saber cómo sucedió la muerte del fiscal y qué hace la pistola en mano de la madre, qué es lo que conoce y cuántas horas estuvo en el departamento”, terminó el funcionario. 

(Télam)