Barros Schelotto se hartó y Boca echó a Osvaldo
El futbolista Daniel Osvaldo se hizo más conocido por sus escarceos faranduleros y su gusto por los gorros y los anteojos sin aumento que por su habilidad con la pelota. Y de esa misma manera transcurrió su efímero regreso a Boca Juniors, cuya comisión directiva dispuso echarlo sin más trámite esta mañana, luego de una actitud antideportiva que tuvo al término del partido contra Nacional de Montevideo, por los cuartos de final de la Copa Libertadores.
Boca le rescinde el contrato al delantero luego de una airada discusión con el entrenador Guillermo Barros Schelotto que sucedió en la noche del jueves, minutos después del empate con el equipo uruguayo. Según reveló a Télam una fuente cercana a la Comisión Directiva de Boca, en las próximas horas se anunciará la salida del club del polémico delantero, quien tenía firmado un contrato con la entidad hasta diciembre de 2017.
Osvaldo, de 29 años, ingresó en el empate entre Nacional y Boca (1-1) cuando restaban cinco minutos para el final del partido en reemplazo del cordobés Cristian Pavón, y una vez que concluyó el encuentro salió disparado hacia el vestuario, visiblemente fastidiado, y no se quedó con sus compañeros a saludar a los más de 3.000 hinchas boquenses que acudieron el Gran Parque Central.
Una vez en el vestuario, el delantero fue sorprendido fumando por el DT, quien le llamó la atención por su actitud y lo expuso delante del resto de sus compañeros.
El mellizo Guillermo, uno de los máximos ídolos de la historia de Boca con 16 títulos conquistados en el club durante su etapa de futbolista, organizó rápido una reunión con el capitán Daniel "Cata" Díaz, el subcapitán Carlos Tevez y el arquero Agustín Orión.
Guillermo, flanqueado por su hermano Gustavo, le adelantó a Díaz, Tevez y Orión que el ciclo de Osvaldo estaba terminado y que pediría su separación del plantel, ante la mirada atónita del resto.
Osvaldo, quien en el último año ocupó las portadas de los diarios por temas extrafutbolísticos, ya es un ex jugador de Boca, club al que se había sumado en enero pasado luego de seis meses en Portugal, donde jugó poco y nada.
El delantero tuvo en Boca cuatro meses aceptables, entre febrero y junio del año pasado, pero lo que vino después no lo fue, por eso su salida del club era algo cantado, más con un DT como Guillermo, quien tiene la espalda lo suficientemente ancha como para tomar este tipo de decisiones.