Echaron al árbitro argentino de la final de Wimbledon y Tony Nadal salió a bancarlo
Hace poco tiempo el juez de silla argentino Damián Steiner llegó a lo más alto de su carrera tras dirigir la final de Wimbledon en la que se midieron, en un duelo memorable, Novak Djokovic y Roger Federer.
Sin embargo, por estos días la ATP decidió separarlo de su cargo por dar entrevistas sin autorización y brindar opinión sobre temas que están expresamente prohibidos. La expulsión del umpire tuvo tal repercusión en el mundo que hasta Toni Nadal tomó partida en el asunto.
Steiner fue el primer argentino en dirigir una final individual de Grand Slam, hecho que quedará en la historia con un sabor amargo tras la noticia de su expulsión.
Según la ATP, el árbitro no solicitó el permiso ante sus supervisores para dar notas a más de una decena de medios, en los que además opinó sobre cuestiones en las que debió abstenerse para no violar el protocolo existente.
El comunicado oficial hace referencia a entrevistas en las que Steiner recomendó cambios en las reglas del circuito y en las que también dijo que pensaba que Federer iba a ganar Wimbledon cuando tuvo dos match point en el quinto set ante Nole.
La expulsión del último juez de silla en la Catedral del Tenis comenzó a correr por todos los portales del mundo. El primero en hacerse eco y salir en su defensa fue Toni Nadal, tío y entrenador de Rafael, quien escribió en El País: “Ni que hubiera revelado un secreto de Estado. ¿Tan difícil es entender que una persona pueda cometer una equivocación? ¿De verdad es aceptable que, después de más de 15 años de probada profesionalidad, tales entrevistas a los medios de su país y, sobre todo, tales contenidos sean motivo de tal sanción?”
En su extensa nota de apoyo al árbitro argentino, Toni agregó: “Realmente, sorprende una censura de tal magnitud bien entrado el siglo XXI. Y sorprende muchísimo más que tal desproporción venga de la mano del mismo organismo que no sólo no recrimina ni sanciona las declaraciones groseras de un tenista hacia otros, sino que más bien lo alienta a que “no cambie nunca”.
Y concluyó con un serio cuestionamiento hacia la entidad madre del tenis profesional: “No concibo esta supuesta ejemplaridad, esta decisión tan tajante como carente de la más mínima compasión. La ATP debería encontrar más satisfacción en reconocer una trayectoria intachable hasta ahora, y en aconsejar y reconducir la actuación de Damián si se ha saltado el protocolo, que en mostrar lo implacables y estrictos que son todos ellos al aplicar tal medida. Siempre he desconfiado de la inflexibilidad de las personas y de los organismos que con actuaciones drásticas pretenden demostrar al mundo su pulcritud”.