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El power trío Eruca Sativa lanzó “Seremos primavera”, diez canciones que marcan un volantazo con respecto de la dirección sonora que caracterizó a la banda desde su origen y que sus integrantes reconocen como necesario en este “momento de urgencia latinoamericana” y que es posible debido a la "renovación" de la escena que les permite "experimentar y explorar lugares nuevos también en lo musical".

La banda, que vive a través de Lula Bertoldi (voz y guitarra), Gabriel Pedernera (batería) y Brenda Martin (bajo), adelantará algunas de las nuevas canciones el próximo 24 en Sala de las Artes; pero antes lo hará en Mendoza, el jueves en Córdoba; el viernes 22 en la sala porteña de Museum; y el 23 en Tribus, Santa Fe, mientras prepara la presentación oficial del disco para el próximo año.

Seremos primavera emerge en un momento de urgencia que Bertoldi ubica -en diálogo con Télam- como uno de los motores de la metamorfosis: “No es el tiempo para la gran metáfora, las letras tenían que ser contundentes y, en ese sentido, bajar un poco los decibeles tenía que ver con decir las cosas de forma concreta, con menos volumen pero con más intensidad lírica”.

El sexto trabajo del triunvirato marca un punto de inflexión con respecto a los álbumes anteriores y es la cristalización del íntimo proceso que la banda transitó estos últimos tres años, un regreso a la raíz y la introducción del power trío al universo del folclore.

Con respecto de las influencias que acompañaron a Eruca Sativa en la composición de "Seremos Primavera", Bertoldi rescató a Charly García, Luis Alberto Spinetta y los Beatles y añadió: “También escuchamos mucho de Aristimuño y fuimos influenciades por la 'Bruja' Salguero y lo que nos pasó sobre el escenario folclórico de Cosquín. El pop también estuvo presente con Billie Eilish y el último disco de Rosalía. Todo ese mix explosivo dio este fruto”.

Desde su surgimiento en 2007, Eruca Sativa fue pionera del “activismo in situ”: Dueña de un modo de hacer, de involucrarse y de transformar las condiciones desde el meollo a través de la amplificación de las denuncias sobre el escenario, pero también tomando los espacios y generando, sin pedir permiso, una apertura a voces disidentes y marginadas.

Todo este mundo de ideas es lo que ocupa discursivamente las canciones de esta gema del power trío y lo que marca el camino de sus melodías y silencios que se compaginan a través de las emociones, de los enojos, de las proclamas y las liberaciones.

—¿Qué aspectos de la realidad argentina se reflejan en “Seremos primavera”?
Brenda Martin: —Las canciones tomaron un camino muy natural, las melodías hablan a través de las letras y el mensaje está bastante claro. Estamos en un momento de deconstrucción y es una palabra que tenemos que seguir usando porque las personas estamos cambiando. El feminismo atravesó profundamente a las sociedades latinoamericanas y a partir del debate por la legalización del aborto nos obligó a cuestionarnos cuál era nuestra postura, esas reflexiones cambiaron nuestras relaciones con los varones, entre las mujeres... Y quienes tenemos lugares con más voz tenemos la responsabilidad de reflejar las voces de personas que no están en igualdad de condición ni de derechos con las otras personas. De todo esto es lo que más habla el disco y de las maternidades y situaciones familiares. Es un disco muy honesto, natural y si bien están habladas en primera persona, tratamos de ponernos en lugar de otras personas.

—¿Cómo fue construir desde la empatía?
Lula Bertoldi: —Nos propusimos un juego de roles e intentamos hablar desde lo que otras personas querían decir y desde lo artístico nos surgió hacerlo de esa manera y lo hicimos con mucho amor. Recibimos mensajes de muchas personas que entendieron de qué hablan las canciones y que les llega el mensaje les llega de manera positiva así que vamos a seguir trabajando para ese lado. No es algo nuevo porque en algún caso concreto lo experimentamos, pero es algo que está marcado en este disco.

—El trabajo desde la potencia también fue diferente, ¿no?
BM: —Sí, fue una necesidad natural, teníamos ganas de hacer otra cosa, distinta a nuestros discos anteriores. Bajamos los decibeles y pudimos explorar por sonoridades más limpias, sacarnos ese "power" de la distorsión, de las baterías fuertes y de los bajos sobrecargados. Esta disminución de la intensidad también hace que las letras, el mensaje y la voz de Lula suene más limpia y emocional, y que el mensaje llegué más fácil.

—Recuerdo que durante una conferencia en el Cosquín Rock habían dicho que el sonido respondía a una manera de decir 'Ey, acá estamos' y de ser escuchados. ¿Eso cambió?
LB: —Es re personal pero sentía que esa forma avasallante de la banda de llamar la atención por el lado de la potencia, del power y de la cosa más pesada tenía que ver con eso. Pensaba en cómo fue cambiando la escena y en el momento en el que empezamos a tocar empezamos a ocupar espacios, abriéndonos camino con esa música que al principio le sonó rara a mucha gente y empezamos a ser parte de esa escena. Ahora veo aparecer una camada nueva de bandas con estilos nuevos y me doy cuenta de que eso estábamos haciendo hace siete años atrás.

—Supieron abrirse en un lugar y transformar desde adentro...
BM: —Sí, creo que una de las cosas por la que se nos prestó atención fue porque invadimos un espacio que principalmente estaba ocupado por varones, que es el del riff, el power, la distorsión, y si no nos veían en vivo daban por hecho que era música hecha por hombres. Hoy ya no siento que la banda necesite eso y más allá de que siempre hicimos la música que quisimos, podemos darnos el gusto de ir por otro lado, experimentar y explorar lugares nuevos también en lo musical.