¿Qué esperar del mundo en 2016?
El año que comienza estará signado por la continuidad de varios procesos que ya están en marcha y también por algunos hechos propios del período
Algunos de ellos son imprevisibles. Otros sin embargo, pueden ser previstos y analizados. Aquí se presentan algunos de los que marcarán las principales tendencias políticas, económicas, sociales y culturales en el mundo, con ineludible impacto en Argentina y la región.
El terrorismo internacional a la orden del día
La recuperación de la ciudad de Ramadi en Irak, en manos del Estado Islámico (EI o ISIS) desde 2014, despertó una nueva esperanza no solamente en el ejército iraquí, sino en distintas partes del mundo. Es la antesala de la recuperación de la -mucho más significativa- ciudad de Mosul, y la eventual recuperación de la región petrolera del noroeste del país. La batalla militar contra el EI parece encaminarse a una victoria en el corto o mediano plazo. Sin embargo, la batalla ideológica contra el terrorismo internacional está muy lejos de inclinarse a favor de Occidente. ISIS podría ser derrotado como experiencia de dominio territorial por parte de un grupo fanático, violento y terrorista, pero como los monstruos mitológicos, cada vez que al terrorismo fundamentalista se le corta una cabeza, le crecen siete nuevas en su lugar. Los grupos terroristas han encontrado en las últimas décadas alternativas para crecer y proliferar de las más variadas formas. Quizás la más alarmante -y la que signe el futuro- sea su capacidad de cooptación y reclutamiento de nuevos fanáticos en Occidente. Ideológicamente, el terrorismo fundamentalista está muy lejos de ser derrotado, especialmente cuando las sociedades occidentales parecen dispuestas a ignorar deliberadamente los vacíos éticos y una estructura de valores evidentemente endeble y superficial que deja a muchas personas -especialmente jóvenes- en un estado de orfandad que facilita su colonización ideológica por parte ideologías fanáticas y asesinas que solo parecen darle sentido a la vida con la muerte propia o ajena. La pregunta que muchos se hacen es si el brazo del terrorismo puede golpear a Argentina. La respuesta es que en el pasado ya lo hizo dos veces y que la Triple Frontera con Brasil y Paraguay es un punto de peligro que ninguno de los tres Estados controla, donde circulan armas, drogas y también terroristas.
Elecciones presidenciales en los Estados Unidos
Se trata del país más poderoso del planeta -al menos hasta que China lo supere- y las elecciones que determinarán al sucesor de Barack Obama serán determinantes en muchos sentidos. La política que despliegan los Estados Unidos en el mundo, puede modificar sustancialmente la agenda política internacional. Obama de hecho, habiendo quedado muy acotado en el manejo de la política interior luego de perder las elecciones de medio término y con ellas, el dominio del Senado y la Cámara de Representantes, se entregó con mayor dedicación al despliegue de una política exterior que le permitiera ingresar de un modo más elegante a los libros de historia: acercamiento a Cuba, acercamiento a Irán, adhesión al nuevo pacto sobre cambio climático, etc. Las elecciones internas de los partidos republicano y demócrata demandarán varios meses y son más importantes en la vida de los estadounidenses que las elecciones generales donde ya sólo compiten un candidato por cada partido. En el oficialista partido demócrata, todo parece dispuesto para que Hillary Clinton se convierta en la primera mujer que compita de manera directa por la presidencia. La incertidumbre es mucho mayor entre los republicanos, donde hay más de diez precandidatos y -contra todos los pronósticos- el favorito de los grupos de poder tradicionales, Jeb Bush, hijo y hermano de dos ex presidentes, no va primero en los sondeos de opinión. Quien ostenta ese lugar es el multimillonario Donald Trump, utilizando un discurso intolerante y xenófobo que polariza al electorado. Hasta ahora, lo que dice es ni más ni menos que lo que una porción ultraconservadora y reaccionaria del país quiere escuchar. Para los republicanos, Trump es un problema serio. No lo quieren, pero si lo echan del partido y él decide candidatearse por su cuenta, la derrota republicana estaría sellada. El dilema de los republicanos es ¿qué hacer con Trump? Lo cierto es que la definición política estadounidense que concluirá a fin de año, tendrá impacto real sobre el relacionamiento con Argentina.
Países emergentes en emergencia
El grupo de los principales países emergentes que venían motorizando la economía global, los denominados BRICS -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- están en zona de crisis. Brasil y Rusia enfrentan recesión e inflación. La economía China está en desaceleración pese a que sigue creciendo, y comenzó un desarrollo más enfocado a su mercado interno. Sudáfrica es un país más pequeño y con menor impacto global y solamente India parece mantener unos márgenes mayores de prosperidad. Sin embargo, desde los Estados Unidos, que tras una larga crisis económica y financiera está lentamente comenzando a crecer de nuevo, le están “cercando el terreno” a los BRICS. Prueba de ello fue el Tratado Trans Pacífico que el gobierno de los Estados Unidos suscribió con más de una decena de países pertenecientes a la cuenca de ese océano y que excluye puntualmente a los BRICS. Los Estados Unidos pugnan por conservar su liderazgo global e intentarán imponer limitaciones económicas, comerciales y financieras a los BRICS, que constituyen una clara amenaza a su predominio sobre la economía global.
Clima y cambio
La última cumbre sobre cambio climático fue celebrada por la opinión pública pero más aún por los medios masivos de comunicación como un éxito sin precedentes. Entre otras cosas porque cuenta con ingredientes que hasta entonces no se habían dado, como el compromiso de los Estados Unidos -que aún debe ser aprobado en el Congreso que es adverso al presidente Obama- o la creación de un fondo de 100 mil millones de dólares para ayudar a aquellas economías en desarrollo para que puedan reemplazar el uso de energías fósiles por energías renovables. Todo con el objetivo de evitar que el calentamiento global crezca más de 2° centígrados, preferentemente, menos de 1,5° centígrados en un período de cien años. El problema son las metas dilatadas en el tiempo, y los plazos extensos se llevan muy mal con el oportunismo político. Hay tiempo hasta 2020 para evaluar si los nuevos compromisos asumidos son viables, porque esa es la fecha propuesta para la conformación del fondo de 100 mil millones de dólares. Lo que se necesita para un verdadero cambio respecto del tratamiento del clima, son hechos, no palabras.
Crisis que nos tocan
Argentina está especialmente atenta a las crisis políticas en Brasil -el principal socio comercial del país- y en España, con quien el nuevo gobierno argentino espera estrechar vínculos, y que sigue siendo la “mesa de entradas” de la Unión Europea para la comunidad hispanoparlante de naciones.
Brasil deberá definir este año si el gobierno de Dilma Rousseff continúa o se cae, y con él, toda una forma de conducir la economía del país y de la región, con todo lo que implica para el MERCOSUR y la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR).
España, se enfrenta a una crisis para conformar gobierno que la mantiene en una parálisis política y una consecuente indefinición económica de la que deberá salir cuanto antes, a lo que se agrega la posibilidad real del desmembramiento, si el proceso secesionista catalán avanza. Al gobierno argentino se le hará difícil negociar con gobiernos con riesgo de caer o con aquellos que no logran formarse. Sus crisis nos tocan.
Latinoamérica, nuestra región
La región enfrentará este años procesos electorales significativos, como en Perú y Bolivia, procesos que generan enormes expectativas como el de paz en Colombia, situaciones de inestabilidad política y económica como en Venezuela y Brasil y procesos de apertura político-ideológica como en Chile.
El movimiento constante, la dialéctica entre cambio y permanencia estarán a la orden del día. Sin embargo, no cabe duda de que para Argentina, lo que suceda en la región, será de lo más significativo, porque el destino de Argentina debe ser el mundo, cada país sobre la Tierra, pero su plataforma de despegue es indudablemente Latinoamérica, nuestra región.