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Se suele decir -y con tonelada de pruebas- que los meteorólogos nunca la pegan con sus pronósticos, sobre todo si la cosa va de lluvia. Ya sin pruebas, se los los acusa de tener un curro con los improvisados vendedores de paraguas que, con esas lluvias imprevistas, afloran como hongos en todas las peatonales del mundo. Pero existe un grupo de pronosticadores al lado de los cuales los meteorólogos comienzan a recuperar algo de prestigio. Me refiero a los economistas. Sobre todo si son amigos de un gobierno neoliberal, estamos en época de elecciones o paritarias y la cosa va de inflación. Ellos dicen que no va a llover, pero usted por ya lo sabe: agarre el paraguas o la cláusula gatillo, como prefiera llamarlo.

En agosto de 2017, los falsos profetas del poder pronosticaban que en el 2017 tendríamos una inflación del 22 por ciento y que en el 2018 la inflación sería del 15,5 por ciento. Pasaron las elecciones legislativas y para diciembre del 2017 la inflación anual resultó del 25 por ciento. En tres meses, le erraron por 3 puntos porcentuales, mucho para tan pocos meses. El futuro feliz del 2018 poco a poco se fue opacando. En marzo de este año, tiempo de paritarias, pronostican una inflación anual del 20,4 por ciento. Son 5 puntos más que lo que decían en las pasadas elecciones. 5 puntos es un 33 por ciento por encima de lo que entonces estimaban.

Pero es interesante mirar qué decían en las paritarias anteriores. En marzo de 2017 decían que la inflación anual de ese año sería del 21,3 por ciento. Es decir, un punto más de lo que dicen ahora para el año en curso. Nada nos hace suponer que este año serán mas precisos en sus apreciaciones. Mes a mes, con el diario del mes anterior, vienen recalculando, siempre para arriba. Parece que la cosa viene de lluvia nomás. El año pasado, en paritarias, estaban 3,5 puntos por debajo de lo que finalmente ocurriría. Este año la cosa viene igual o peor. No sería descabellado pensar que la inflación de este año sea igual a la del que pasó. El año arrancó peor y las expectativas devaluatorias son mayores. Además está el temita de la sequía y esta cuestión de que tenemos que importar hasta soja.

El 15 por ciento de algunas paritarias, el 18 por ciento que propone el gobierno de la provincia de Santa Fe, están muy por debajo de lo que va a llover este año.