Payadoctores, una mirada integral de la salud para curar desde las emociones
En nuestra ciudad prestan servicio en diversos efectores públicos donde forman parte de los equipos médicos y contribuyen a una tarea integral donde no solo intervienen las cuestiones fisiológicas.
Los Payadoctores es un grupo voluntario de payasos de hospital, que trabaja hace varios años en la ciudad de Rosario, generando encuentros positivos y alegres en el medio hospitalario con un equipo que cuenta con más de cien Payadoctores formados en la técnica de clown, bioseguridad y herramientas psicológicas.
Se trata de un grupo diverso en cuanto a ocupaciones y edades, conformado por médicos, psicólogos, kinesiólogos, abogados, contadores, ingenieros, comunicadores, amas de casa, estudiantes y demás ocupaciones de entre 18 y 57 años. Actualmente, el Hospital Provincial del Centenario, Hospital de Emergencias Clemente Álvarez y Hospital Víctor J. Vilela cuentan en sus diferentes servicios y salas con la actividad de Payadoctores. Su labor es trabajar en la salud emocional de los pacientes, formando parte del equipo médico para acompañar a las personas durante el proceso que les toque estar internados.
“Entendemos la salud como un proceso integral donde intervienen no solo cuestiones fisiológicas, sino también la parte social, psicológica y de emociones que tienen las personas. El hospital es un lugar dramático si se lo quiere describir de alguna manera, por eso apostar con alegrar ese ambiente con lo sano que tienen las personas. Ni hablar, además, del trabajo de lazos que se construye entre el equipo médico y la persona que está internada”, explicó la payadoctora Melisa Agüero en una entrevista en el programa En sintonía con vos por radio Si 98.9.
“Lo que buscamos también es que se deje de referir a las personas como el de la cama cinco o el de la pierna quebrada, que tenga un nombre y devolverle su sentido de persona, que tenemos todos”, expuso en referencia al léxico tan comúnmente utilizado en el ámbito de la salud que trata a las personas como objetos.
La labor de estos trabajadores es hacer momentos de catarsis ya sea por la risa, el llanto o el enojo. “En el Vilela se dan mucho las situaciones de risas porque quienes están allí son niños y son más fáciles desde ese lugar, de entender la fantasía, quiénes somos. Les proponemos juegos, canciones o lo que tanga ganas de hacer el paciente, sin imposiciones”, describió.
En cambio en el HECA se da mucho el hecho de las charlas o el llanto como manera de canalizar sentimientos, no es tanta la risa, tanto juego que es lo que se piensa cuando se ve a un payaso. “El payadoctor es un agente de salud y se presenta como alguien que acompaña esa situación de internación y dependiendo por dónde vaya el paciente es por donde vamos nosotros”, aclaró Agüero.
Sentimientos de los payadoctores
Convivir con situaciones de stress no resulta fácil para nadie, y los hospitales están cargados de esa energía. Por eso para esta profesión se ofrecen espacios donde se pueda hablar, debatir y se generan algunas herramientas psicológicas de protección. “Cada uno habla de su paya en tercera persona, del personaje que construimos cada uno de nosotros y eso nos ayuda a mantener un poco la distancia”.
“Cuando llegamos al hospital el equipo médico nos da un parte, donde no solo se nos dice la enfermedad, sino también algunos datos de la parte social del paciente, como por ejemplo si está acompañado de algún familiar. Después se hace la intervención, y finalmente se hace un balance de lo que nos sucedió ese día. Aparte, tenemos un encuentro que le llamamos supervisión, donde hablamos con una psicóloga sobre lo que nos pasa en el trabajo”, relató la referente sobre la práctica cotidiana.
El personaje que formó Agüero es Enriqueta. Dijo que la hizo conectar con muchas cosas que tenía olvidadas como jugar, cantar y encontrar las simplezas de las cosas de la vida. “Enriqueta tiene tres elefantes gigantes que le encanta bañar, durante la pandemia extrañó mucho ir al hospital”, abundó.
Para ser payadoctor
El curso se abrirá a mediados de junio y previamente, el 11 de junio a las 12 en el Galpón de las Juventudes, se hará un simposio para quienes tengan algún interés y donde se les brindará a los asistentes toda la información necesaria para incorporarse a la carrera.
Con respecto a los cursos, se dictan clases teóricas y prácticas donde se dan técnicas de clown, teatro, pero se suman todas las herramientas psicológicas y bioseguridad en los hospitales. El curso dura hasta fin de año y en el mes de septiembre comienzan las “payanatías” donde los alumnos van a los hospitales con los paya ya experimentados.
“Son espacios que nos tomamos con mucho compromiso y por eso año tras año tratamos de mejorar. Espero se suma mucha gente porque tenemos ganas de llenar los hospitales de paya doctores”, celebró Agüero.