"Pequeña flor": comedia negra y por momentos pesadillesca para Hendler
Luego de abrir la última edición del Buenos Aires Festival de Cine Independiente de Buenos Aires (Bafici) se estrena comercialmente “Pequeña flor”, una comedia negrísima dirigida por Santiago Mitre y protagonizada por Daniel Hendler.
"Pequeña Flor", que también posee elementos del policial, coquetea con la Nouvelle Vague y ciertamente hace gala de una levedad juguetona, está centrado en un dibujante interpretado por Daniel Hendler, que según calificó su director Santiago Mitre en el momento de su presentación en abril en el Bafici, “es uno de los mejores comediantes de la Argentina”.
Lo cierto es que la historia ubica al protagonista en una ciudad del interior de Francia a la que se muda por su trabajo como dibujante con su pareja (Vimala Pons) y tiene un inusual vecino (Melvil Poupaud), con quien establece una particular y sangrienta rutina.
“Yo sabía tan poco francés como mi personaje, así que no fue tan difícil identificarme con su mirada turística, extrañada y por momentos pesadillesca, que sufre por no lograr naturalizarse en ese nuevo entorno”, cuenta Hendler.
El extrañamiento y desorientación a los que se refiere el actor tienen que ver con su personaje, desenfocado de su propia historia y ajeno al lugar en donde le toca vivir, una ciudad de provincias en el denominado Macizo Central francés, con una hija recién nacida y una esposa francesa (Vimala Pons), tan desorientada como él.
De base, “Pequeña flor” se trata de una historia de amor y la química entre Hendler y Pons sin duda funciona, aún en el vórtice en que va cayendo la pareja por una crisis generada por la rutina.
Basada en el libro "Pequeña flor", de Iosi Havilio, con guion del propio Mitre junto a Mariano Llinás, el filme explora del interior francés para poblarlo de personajes fuera de lo común, capaces de generar situaciones extraordinarias, también violentas e ilógicas, pero que paradójicamente, se convierten en elementos imprescindibles para volver a enfocar al protagonista y a su pareja, es decir Hendler y Pons.
“Vimala es una actriz muy intuitiva y lanzada -describe- así que me cacheteó con su desparpajo y me invitó a hacer un poco el ridículo hasta que encontramos una verdad en el vínculo, jugando con nuestros contrastes”.
El trío que lleva adelante la historia se completa con el actor Melvil Poupaud, que encarna al sofisticado y odioso vecino de la pareja, con quien el dibujante a cargo de Hendler interactúa en clave gore -con una sucesión de muertes que tienen una sola víctima-, jugada desde el absurdo y en el mismo sendero que la ya mítica "Día de la marmota".
“Melvil es un actor muy experimentado y preciso, prepara mucho sus escenas, así que conectamos en un juego de relojería que me resultó exigente y atractivo”, cuenta el actor uruguayo.
“Con Santiago (Mitre) nos proponíamos que mi personaje manejara en su cabeza varias capas de pensamiento en simultáneo, así que hacer esas escenas coreográficas con esa premisa, era como hacer malabares”, dice Hendler, “pero creo que finalmente logramos el tono y la interacción que se proponía Santiago”.
“‘Pequeña flor’ fue una experiencia divina”, concluye el actor, “según parece Mitre es medio experto domando caballos y supongo que ese tipo de capacidad explica lo sencillo que le resulta manejar un set y dirigir a los actores, que no solemos relinchar tanto, pero tenemos nuestras mañas”.