Pobres corazones: la novela policial de Rosario sobre sus miserias y el humor
En agosto fue lanzada la novela policial 'Pobres corazones' de la periodista cultural y escritora Melina Torres, y desde entonces la expectativa del público lector no paró de crecer. La historia sobre la investigadora policial Silvana Aguirre y su ladero Ulises Herrera dio que hablar por su prosa absorbente, la originalidad del género (poco explorado por autores locales), y el derrotero de casos que atraviesan, en un escenario demasiado doloroso, porque es nada menos que el de la inseguridad en la ciudad rosarina.
En los últimos meses, en simultáneo al lanzamiento del libro, se sucedieron hechos como la balacera a la Justicia previo al juicio al líder de Los Monos, se juzgó a un hombre por privación de libertad de su pareja durante 23 años, y se supo hasta de un Iphone de un ex líder del juego clandestino fallecido por covid, que está encriptado y la Fiscalía hace seis meses busca sacarle información valiosa. Sin ánimo de spoiler, esos tres hechos impactantes se parecen sólo a un par de los que atraviesa la inspectora Aguirre y valga aclarar, la novela fue escrita entre 2019 y los primeros meses del encierro por la pandemia.
Aunque aseguró que en el periodismo nunca se dedicó al policial, Melina Torres supo detectar algunos rasgos del crimen rosarino, y a la par entendió las reglas del estilo policial, de la mano de sus dos mentores de talleres y clínicas: Maximiliano Tomas y Leo Oyola, y de mucha lectura del género. El libro fue editado por SUMA – Penguin y ya se encuentra en las librerías comerciales del país.
Vale la pena conocer a Silvana Aguirre, este nuevo personaje entrañable que Melina trajo a la literatura rosarina para quedarse, y que promete nuevos casos a resolver en un próximo libro, y por eso su creadora literaria fue consultada en un ameno diálogo telefónico con Rosarioplus.com.
“Hay una ética en Aguirre, no sólo porque defiende a mujeres y disidencias vulnerables. Ella llega a las víctimas cuando ya están perdidas; no tiene paz, algo que le dice en un momento su colega Ulises, y eso la describe muy bien”, aseguró Melina Torres. El único momento de descanso de la investigadora de Delitos Especiales es cuando sale a correr, o si River sale campeón. Y es tan verosímil que al leerla, luego queda la falsa ilusión de que esta hérua rosarina existiera. Ojalá exista, coincidió su autora.
Aguirre se mueve en un mundo masculino. Es malhumorada, intransigente, ella solo empatiza con las víctimas y los desprotegidos, el sistema la harta. Sus angustias se terminan con un buen plato casero de bodegón rosarino o una parrillada, y por eso ella sufre con la nueva onda de bares de papas con cheddar que hizo cerrar a los clásicos y cambiar la fisonomía de una ciudad desigual, con el Barrio Nuevo Rosario de torres que tapan el río a los ciudadanos y en los márgenes los baldíos y bloques de cemento y chapa.
Junto a Ulises Herrera, la pareja protagónica es disruptiva, un par de invertidos incorruptibles, “y él viene a hacerle la segunda porque es verdad que en lo emocional ella está más sola que la soledad”, puntualizó.
Cabe destacar que 'Pobres corazones' es la segunda novela de la saga sobre esta dupla explosiva, ya que la autora en realidad los retoma de su primera novela, 'Ninfas de otro mundo' editado por Iván Rosado (2016), donde también desentrañan tres historias de miserias y diversidades vulnerabilizadas.
En las historias de Torres las mujeres al fin tienen en el policial roles protagónicos, claroscuros, son osadas, endiabladas, algo que en la historia del género casi nunca no existió. Algo que sí retoma del estilo literario es el rol de la femme fatal que enamora: “Era tan linda que los pájaros se le acercaban para verla de cerca”. “Angélica y la música, y una vida sin muertes absurdas, injusticias, balaceras, ni rostros de madres con hijos muertos por bandas narcos”.
Pero cómo nació 'Pobres corazones' fue un poco el destino, que las encontró al personaje de Aguirre con Melina, según sus palabras: “En un taller de Maxi Tomas él lanzó un concurso interno para que escribiéramos cuentos policiales, dándonos mucho material teórico sobre ese género. Ahí surgió Ninfas, y resultó gustar a los compañeros del taller, que lo votaron y fue ganador. Esto después fueron tres cuentos, y surgió publicar el primer libro. Después en 2018 hice un taller de clínica de Leo Oyola, en el que yo tenía sólo 80 páginas escritas. Leo lo leyó y me convenció que presentara esto en una editorial más grande, y como gustó, firmé un contrato con plazos, y no me quedó otra que ponerme a escribir y hacerla crecer. Con Aguirre nos encontramos ahí, como por obra del destino”.
Aunque supo describir el ADN rosarino, tanto del jolgorio del porrón y la comilona como el de las miserias de los suburbios, Melina no se siente rosarina: “Nací en Santa Fe y me vine a los 18 años a estudiar, y mas que rosarina me siento litoraleña, pero me metí en la complejidad de la ciudad para describirla, y contar las cosas que suceden que quizás menos se muestran, como el cierre de los bares clásicos, y lo que significa que haya niños soldaditos”.
En una de las escenas más desgarradoras, Aguirre desbarata una cocina de drogas en un barrio alejado, y la descripción cruda de tres niños completamente drogados es tan dolorosa como poética. “Viste que uno de los chicos estaba acurrucado como en posición fetal, como queriendo volver a su vientre materno, el lugar más seguro”, destacó, y explicó: “La búsqueda de contar el lado no contado de los titulares es justamente ese, que son pibes víctimas del sistema, y que cuando mueren, sus madres los lloran, y sus amigos hacen vaquita para velar el cuerpo”. Porque claro, para que exista delincuencia tiene que haber fallado el Estado, “¿qué futuro pueden tener pibes que no saben escribir su nombre?”.
Claro que los malos de la novela tienen nombre y apellido, y son apostadores, narcos, algunos canas, pero también hay un rol destacado del que poco se habla en los policiales: “El abogado es un rol necesario para que las bandas narco existan. No está en las noticias porque no mete balas, y su violencia es la menos explícita”. En 'Pobres corazones', es uno de los mayores logros, la evidencia del famoso delincuente de guante blanco.
Melina Torres nació en 1976 en Santa Fe y actualmente vive en Rosario. Es licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Rosario y especializada en Políticas Culturales por la Universidad de Barcelona. Desde hace más de veinte años colabora en diferentes medios periodísticos, es productora de documentales y asesora de contenidos audiovisuales.