Reducción de daños: la exitosa experiencia en una fiesta electrónica de Santa Fe
Se realizó un dispositivo de reducción de daños en una fiesta de música electrónica. Los voluntarios de Asociación Conectar junto con la Asociación de Reducción de Daños (ARDA) se encargaron de la interacción con los usuarios para el testeo de sustancias y brindar información sobre las mismas.
El sábado 13 de mayo en el Complejo Complot se llevó adelante un dispositivo de reducción de daños en una fiesta de música electrónica que incluyó el testeado de sustancias. Fue organizado por la Asociación Civil Conectar en alianza con Asociación Civil de Reducción de Daños Argentina (ARDA). Tuvo lugar en la fiesta organizada por la productora 4GET, en donde se presentó el DJ alemán D-Nox.
Ambas asociaciones reúnen profesionales de distintas áreas y a usuarios de sustancias con el objetivo de promover políticas de drogas basadas en la salud, los derechos humanos y la evidencia científica. Todas sus actividades se realizan bajo la convicción de que el paradigma de la reducción de daños es ampliamente superador que el ya agotado paradigma prohibicionista-abstencionista. El equipo de promotores fue capacitado previamente en reducción de daños, prevención y análisis de sustancias para poder replicar los dispositivos en otros momentos y espacios.
Los voluntarios montaron un stand cerca del sector de hidratación y de relajación donde unos 15 promotores de reducción de daños de ambas asociaciones estuvieron charlando con los asistentes al evento entre medianoche y las 4 de la madrugada. Se pusieron a disposición del público frutas, golosinas, productos de higiene personal y salud sexual, se repartieron folletos informativos y se realizaron una veintena de análisis de sustancias.
Sofia Morello, miembro de la Asociación, contó que “la gente se acercaba muy curiosa al stand y los promotores respondían pacientemente todas las preguntas”. Explicó que notaron gran asombro en las personas cuando se enteraban que se podía testear de manera gratuita y voluntariamente las sustancias que planeaban consumir. “Automáticamente nos empezaban a hacer un montón de preguntas, aprovechaban a sacarse todas las dudas. No podían creer que eso estuviera sucediendo en Santa Fe, lo veían casi imposible”, recordó.
Para realizar el testeo se utilizaban reactivos colorimétricos, a partir de una muestra que consiste en un pequeño raspado de la pastilla de éxtasis o una pequeña cantidad de MDMA puro (cristal). En minutos se mostraban los resultados. Es importante destacar que si bien los testeos no aportaban información sobre la composición ni la pureza de las muestras, sí determinaban si no contenía la sustancia deseada y brindaban orientación sobre la existencia de sustancias que no eran las esperadas.
Además del análisis de las sustancias, los promotores brindaban información sobre cada una de las sustancias utilizadas: qué es, cómo está compuesta, cuáles son las modalidades de consumo seguro y los niveles de peligrosidad de las mezclas. “Producto del prohibicionismo, esta información es absolutamente desconocida por gran parte de la población que la requiere como requisito indispensable para cuidar su salud y gestionar sus placeres de forma responsable y con la menor cantidad de riesgos posible", remarcó Morello. “No tratamos a los usuarios como delincuentes y eso ya marca una diferencia abismal con cualquier paradigma que los castigue y no los acompañe. Sabemos que la reducción de daños salva vidas y que cada muerte que se da en contexto de prohibicionismo es una cruel muestra de que ese sistema fracasó. No sirve ni para perseguir el crimen organizado (que sigue operando con complicidad institucional) ni para disminuir el consumo ni sus riesgos asociados. El único camino es la educación y una política de drogas eficaz y humana”, agregó.
Este tipo de acciones buscan disminuir los riesgos asociados al consumo de drogas legales e ilegalizadas desde una perspectiva no punitivista, alternativa a la que propone el sistema prohibicionista. El paradigma de la reducción de daños surge como una respuesta a la matriz prohibicionista-abstencionista. “Ésta funciona como dispositivo de control, parte de la idea de que prohibiendo la sustancia se puede controlar la demanda de parte de lxs usuarixs. Como modelo de salud niega los abordajes alternativos a la suspensión del consumo como meta y obstaculiza el acceso a la salud para las personas que usan drogas”, precisó Morello. Y aclaró que la reducción de daños, por su parte, admite que las drogas existen incluso desde antes que la propia civilización humana. “Se trate de sustancias ilegalizadas o no, la sociedad es usuaria desde siempre. Por eso propone un abordaje donde no se estigmatice al usuario sino por el contrario, se lo acompañe, siempre en base a información basada en evidencia científica y respetando los derechos humanos”, aclaró.
“Todos y cada uno de los que pasó por el stand nos agradeció muchísimo el trabajo que estábamos haciendo desde las asociaciones esa noche y nos pedía por favor que lo sigamos haciendo”, destacó Morello quien indicó que el trabajo que realizaron es “esencial” y que cubre un rol que debería cumplir el Estado: “Estamos realizando estas acciones de promoción integral de la salud en un marco de completa vulnerabilidad, al punto que los reactivos que se utilizan para testear las sustancias son tan ilegales como las sustancias mismas”.
Dejar atrás el paradigma prohibicionista-abstencionista, implica tomar en serio el tema e implementar políticas de drogas que tengan como objetivo la protección integral de la salud, los derechos humanos y la evidencia científica. “Quienes tienen que cuidarnos no sólo no lo hacen sino que entorpecen a quienes ponemos el cuerpo en el territorio”, reclamó.