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En 2017, las mujeres demostraron que pueden parar el mundo. Organizadas a nivel internacional, con redes de articulación que trascendieron toda noción de frontera, los movimientos de mujeres de más de 50 países lograron coordinar un cese de actividades y volver a vincular definitivamente la fecha del Día de la Mujer con su origen: el de reivindicar los derechos de las trabajadoras. Para este año, la idea es repetir la movida pero renovando las estrategias en sintonía con el nuevo contexto global, y teniendo en cuenta el camino recorrido y las expectativas a futuro.

“Si nuestras vidas no valen, produzcan sin nosotras”, es otra vez el lema de la huelga que se extiende por todo el mundo pero que es traccionada con mucha fuerza desde América Latina y el Caribe. Por el momento, son 46 los países que se encuentran articulados al Paro y que a partir de una convocatoria internacional, empezaron a reunirse para intercambiar ideas.

En Rosario, el movimiento de mujeres ya tiene fecha para su primera cita organizativa. Convocadas por el colectivo Ni Una Menos Rosario, este lunes a las 19 en La Toma (Tucumán 1349) se encontrarán diversos sectores (autoconvocadas, estudiantes, representantes de sindicatos, partidos políticos, organizaciones y agrupaciones estudiantiles) para definir de qué manera se adherirá de forma local al Paro Internacional. 

Mientras que en Neuquén, Tucumán y Córdoba ya se realizaron las primeras asambleas, en Buenos Aires esperan al 2 de febrero para encontrarse. Por su parte, las mujeres de La Paz (Bolivia), Asunción (Paraguay) y Lima (Perú), también tuvieron sus reuniones organizativas pertinentes. En la vecina ciudad de Montevideo (Uruguay), que viene de ser sede del XIII Encuentro Feminista de América Latina y el Caribe (EFLAC) en noviembre, se juntarán el próximo 26 de enero.

"El próximo 8 de marzo volvemos a mover la tierra de su eje. Desde las raíces profundas de nuestros territorios hasta los edificios de las corporaciones, vamos a quebrar las estructuras que nos atan. El 8M nosotras paramos, nos paramos", agita el manifiesto con que Buenos Aires se está llamando a la organización.

"Mujeres, lesbianas, travestis y trans estamos organizadas en un deseo común y ya no hay vuelta atrás. Ante la feminización de la pobreza, decimos: ¡feminización de las resistencias! y volvemos a tomar las calles el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Si nos paramos todas, la tierra se mueve", continúa la convocatoria, que fue replicada en varias localidades.

El documento enumera una serie de argumentos convocando al paro y señalando la importancia de la región latinoamericana y caribeña en el escenario global: es que "sólo en 2016 se registraron 1.998 asesinatos en 17 países de la América latina y el Caribe. Todos los días 12 mujeres son asesinadas por el hecho de ser mujeres en la región",  que reúna a "14 de los 25 países del mundo con las tasas más elevadas de femicidio".

Además de posicionarse contra todo tipo de violencia machista, también se pronuncia sobre el aborto, la trata de personas y los derechos de las identidades disidentes. Pero sobre todo, ahonda sobre las condiciones de trabajo de las mujeres mencionando, por ejemplo, que la brecha salarial "en Argentina es del 27% pero que se ensancha al 35% en los trabajos más precarios" y que "un tercio de las trabajadoras está precarizada".

En un sentido similar, se destaca que "el promedio de horas semanales dedicadas al trabajo no remunerado, obtenidas entre diez países de la región, es de 13,72 horas en hombres y de 39,13 horas en mujeres". Volviendo a los datos locales, "en la Argentina, en el sector sindical las mujeres ocupan el 18% de los cargos pero pocas veces están sentadas en las mesas en donde se discuten salarios o finanzas". 

Aunque los números parecieran hablan por sí solos, también son las mujeres las que hablan y para eso están las instancias de asamblea. Para que cada una que quiera sumarse al Paro, pueda hacerlo teniendo en cuenta su propia trayectoria vital, sus condiciones de vida y sus posibilidades.