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El agujero que causó la pérdida de hermeticidad de la Soyuz MS-09 adosada a la Estación Espacial Internacional (EEI) que está en el espacio en este momento fue taladrado después de que la nave fuera totalmente ensamblada.

El miércoles de la semana pasada los sistemas de la EEI detectaron una pequeña pérdida de presión producto de un diminuto agujero en el casco de la Soyuz MS-09, que en un primer momento Roscosmos atribuyó al impacto de un micrometeorito. Un mínimo agujero puede hacer perder la estabilidad y hermeticidad en el espacio.

Los cosmonautas rusos que se encuentran a bordo de la plataforma espacial, Oleg Artémiev y Serguéi Prokópiev, repararon la fuga, tras lo que verificaron en dos ocasiones, con un intervalo de varias horas, la hermeticidad del casco la nave. La agencia espacial rusa indicó que el percance en ningún momento puso en peligro a la tripulación.

"El agujero lo taladraron cuando el aparato ya había sido ensamblado", dijo la fuente, que habló en condiciones de anonimato. Lo único que tienen claro las autoridades rusas es que la perforación fue hecha desde el interior del casco de la nave.

¿Sabotaje?

En la investigación trabajan dos comisiones, una interna, del fabricante de la nave, y una creada por Roscosmos, la agencia espacial rusa, cuyo director general, Dimitri Rogozin, señaló el pasado lunes que hallar a quien practicó el agujero es una "cuestión de honor".

"¿Dónde se realizaron esa acciones? ¿En tierra o en el espacio? No descartamos nada", dijo Rogozin, quien aseguró que sin falta se conocerá el nombre y apellido del culpable de la pérdida de hermeticidad de la nave. No descartó que el agujero fuera producto de "acciones premeditadas", en alusión a un posible sabotaje.

El diputado y excosmonauta ruso Maxim Suráyev llegó a adelantar la hipótesis de que el casco de la Soyuz pudo haber sido taladrado por un miembro de la tripulación fuera de sus cabales, ansioso de regresar a la Tierra. Más tarde, Suráyev matizó sus palabras y declaró que no duda de la profesionalidad de los cosmonautas ni de los constructores de las naves.

La EEI, un proyecto de más de 150.000 millones de dólares en el que participan 16 naciones, actualmente está integrada por 14 módulos permanentes y órbita a una velocidad de más de 27.000 kilómetros por hora a una distancia de 400 kilómetros de la Tierra. EFE