Cristina Fernández de Kirchner demostró en Rosario que su relación con la militancia está intacta y que su vínculo con los dirigentes del peronismo santafesino también es el de siempre: Lejano y pragmático. 

El perottismo no asistió al acto en la Siberia, los intendentes y jefes comunales nucleados en Vamos Santa Fe liberaron para quien quisiera asistir, los otros intendentes hacen cada uno la suya. El senador Marcelo Lewandowski estaba como observador en las elecciones de Uruguay y el Movimiento Evita en una reunión con sus socios de Ciudad Futura en Santa Fe. Sólo La Cámpora y La Corriente se dieron cita en el predio de la ciudad universitaria de la UNR, como espacios formales del peronismo santafesino.

El Movimiento Evita no asistió y en su lugar estuvo en una reunión con sus socios políticos de Ciudad Futura en Santa Fe. Esta es la imagen que compartió el propio diputado nacional Eduardo Toniolli en sus redes.
El Movimiento Evita no asistió y en su lugar estuvo en una reunión con sus socios políticos de Ciudad Futura en Santa Fe. Esta es la imagen que compartió el propio diputado nacional Eduardo Toniolli en sus redes.

Cristina se reunió después con la conducción formal del PJ provincial, gremios que hace años no pueden acordar la normalización de la CGT Rosario y organizaciones sociales que le contaron el duro panorama que se vive bajo el programa libertario de Javier Milei.

Hacía cinco años que la expresidenta no venía a Rosario, pero nada ha cambiado en estos aspectos. El kirchnerismo nunca hizo pie en la provincia con dirigentes propios de amplio predicamento, ni siquiera cuando gobernaba Néstor Kirchner y tampoco después con Cristina en sus dos presidencias. Los dos siempre supieron con los bueyes que araban aquí y la decisión se redujo a acuerdos estratégicos de cara a las elecciones.

Hasta el 2011, los presidentes del Partido Justicialista de Santa Fe fueron dirigentes que terminaron sus días políticos en el macrismo. Norberto Nicotra y Ricardo Spinozzi. El propio Jorge Obeid vivió con dolor la frialdad que Néstor le prodigaba en esos días de la bandera de principios del 2000.

Córdoba resolvió esta cuestión creando un peronismo de puro cuño cordobés que le permite quedarse en el poder tanto en medio de la ola amarilla de Mauricio Macri como en el tsunami libertario de Milei. Como dijo una vez con mucha sabiduría el ex canciller Felipe Solá: “Hay dos aparatos que funcionan muy bien en el país. Los Barones del Conurbano y el peronismo cordobés”.

Lo más cerca que estuvo Santa Fe de crear un peronismo de cuño provincial fue con Omar Perotti. Pero no se pudo, no se supo o no se quiso. Los últimos acuerdos electorales de la exvicepresidenta con dirigentes santafesinos, de hecho, priorizaron los vínculos con Perotti. En 2019 y en el armado de listas para el 2021.  

El mosaico peronista de la provincia se volvió a iluminar con la visita de Cristina, pero sólo para resaltar que las piezas son múltiples, los colores infinitos y los quiebres incontables. A veces las elecciones logran alinear todos los pedazos como en un rompecabezas completado; pero sólo es una imagen momentánea.

Si fuera santafesino, el sociólogo, periodista y ensayista Horacio Horowitz; debería haber escrito “Los 14 peronismos de Santa Fe”.