A pesar de que las bajas temperaturas del invierno representan todos los años una temporada alta de consumo en las panaderías, este año la ola polar recibe a los comercios con un panorama de fuerte tristeza, incertidumbre y preocupación.

Desde el sector panadero reportaron una fuerte caída en las ventas, al tiempo que sufren considerablemente los tarifazos energéticos que se aplicaron a lo largo de este año, especialmente los de la luz y el gas.

Diego Rubio, referente del sector, confirmó en diálogo con la Sí 98.9 que “el consumo viene muy, muy, muy frenado”, y que por lo menos “particularmente en el centro, este mes fue incluso un poquito peor que el anterior”.

A este panorama de consumo a la baja, se le suman los costos para poder producir, sobre lo cual aseguró que “es imposible ya sostener algo”, y que es “muy muy difícil” poder aplicar un precio de rentabilidad real sobre el producto ya que “principalmente la variable de tarifas fue tan tan alta que es imposible meterlo todo en costo”. A esto también se le suman los fuertes aumentos en alquileres y equipamiento, por ejemplo.

Consultado al respecto, Rubio desmintió que vaya a haber en estos días un aumento a raíz de la disparada del dólar blue, como sí se informó en Buenos Aires, y aseguró que al respecto siempre se maneja “el precio del trigo con el valor de pizarra internacional y con el precio del dólar oficial”, con la diferencia de que antes había un subsidio para el mercado interno que hoy no existe más.

Con esta combinación entre bajas ventas y costos altos, el dirigente de la Asociación de Industriales Panaderos alertó que ven la situación con “mucha tristeza”, ya que “a menos que haya un vuelco para que crezca el consumo de una manera más o menos importante”, temen que “vaya a suceder lo que pasó en 2017”.

Esto último es en referencia a la gran cantidad de cierre de comercios que se registraron “por no poder afrontar los gastos fijos tan altos, con caída del consumo”.

“Es una combinación que hace que muchas actividades comerciales tiendan a desaparecer. El que en este contexto tiene que afrontar un alquiler más o menos alto, está en situaciones mes a mes muy difíciles, y ni hablar cuando le toca renovar un contrato”, detalló.

En 2017, los grandes aumentos tarifarios también habían sido a esta altura del año, y tras la temporada alta de consumo de panificados del invierno, se comenzó a notar con fuerza el cierre de locales a partir de octubre. “Tememos que de no suceder algo distinto con respecto al consumo, vaya a suceder algo similar”, dijo Rubio.

Así también, advirtió que lo que ocurre en épocas de cierre de comercios es que muchos terminan volcándose a producir de manera clandestina, algo que después revertir “es complicado y lleva mucho tiempo”.