El Ejecutivo municipal denunció corruptelas en la Dirección de Tránsito
La secretaria de Control y Convivencia dijo en el Concejo que detectó sobreprecios en la compra de repuestos y combustible, y que eso disparó el enfrentamiento con el personal. Le preguntaron si entonces abrió sumarios, pero dijo que no.
La administración municipal que conduce Pablo Javkin mantiene una soterrada batalla con el personal municipal de la Dirección de Tránsito, una disputa que se hizo visible en el Concejo Municipal en las últimas horas. Mientras los agentes expresaron ante ediles de la comisión de Control, Convivencia y Seguridad quejas por no contar con recursos necesarios para cumplir su labor, este lunes la secretaria del área, Carolina Labayrú, contestó con el reverso: denunció que en la repartición bajo su órbita, a cargo de controlar el tránsito vehicular de la ciudad, hay nichos de corrupción montados sobre la compra de combustible y repuestos de los vehículos, algo que se propuso desarticular y que por eso le devuelven con protestas de índole administrativo y de gestión.
La reunión de cada lunes de esta comisión fue el cuenco de resonancia de la puja que existe entre el Ejecutivo y un sector de la Dirección con sede en Moreno al 2500 y que depende de la Secretaría de Control y Convivencia.
Los concejales habían citado a Labayrú para que brinde explicaciones en relación a un pedido de informes unánime del cuerpo parlamentario sobre la gestión en Tránsito y demandas de los empleados acerca de diversas carencias en cuanto a elementos de trabajo: cantidad insuficiente de aparatos para testear alcoholemia y narcolemia en conductores, vehículos en malas condiciones de funcionamiento, personal insuficiente en los operativos, falta de equipos de comunicación, y más.
Al responder sobre estos requerimientos, Labayrú atribuyó el malestar del personal municipal a una represalia por haber intervenido en negocios montados en base a sobreprecios en la compra de repuestos y desmanejos en la compra de combustible para los vehículos de Tránsito. Y desmintió alguna de las quejas, como la que apuntó a una insuficiencia en la cantidad de alcoholímetros y narcolímetros disponibles.
Haber intervenido en esas operaciones es lo que le valió la contraofensiva de los empleados de Tránsito, según Labayrú. Sin embargo, de haberse encontrado con esas maniobras corruptas, debería haber iniciado el sumario administrativo correspondiente y, llegado el caso, radicar denuncia ante Fiscalía. Ante la pregunta de los ediles, la secretaria de Control dijo que aún no había realizado ninguna acción administrativa respecto de las irregularidades que refirió.