Ley de Etiquetado: llegó el día del debate en medio de una gran expectativa
Las organizaciones que militaron el proyecto confían en por fin conseguir un triunfo frente al lobby de las azucareras. Un proyecto pesado que atraviesa a la política
La Cámara de Diputados intentará esta semana convertir en ley el proyecto de etiquetado frontal que busca advertir sobre los excesos de grasas, sodio y azúcar en los productos alimenticios, en el marco de la primera sesión presencial que realiza luego de un año y medio, en el que aplicó un sistema de funcionamiento virtual por la pandemia del coronavirus.
La sesión fue convocada para las 11 de este martes, con el objeto de debatir un amplio temario que tiene como tema central el etiquetado frontal de alimentos, un proyecto que busca advertir a la sociedad sobre los productos que tienen un alto contenido de grasas, sodios y azúcares, con el fin de ayudar a combatir la obesidad, la hipertensión y los riesgos cardíacos. Es resistido por algunas empresas de la alimentación que avanzan en el lobby.
Sobre este tema, Ignacio Porras, director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Nutrición y Alimentos Reales (SANAR), dijo al respecto que están “muy expectantes” todas las organizaciones que formaron parte y considera que efectivamente se llegará al quórum requerido ya que colaboraron diferentes espacios políticos en el trabajo.
En ese sentido dijo que el proyecto, más allá de la media sanción, cuenta con dictamen favorable de las cuatro comisiones tratantes, sólo falta que los legisladores bajen al recinto a tratar la ley. Hoy las disputas políticas por el tema, incluso en las mismas facciones partidarias, son las que marcarán el clima de la sesión, que se espera tenga un acalorado debate.
Entre tantas idas y vueltas, la ley lleva 11 meses dilatada en Diputados, “sin nada que justifique dicha acción más que el lobby generado por la industria alimentaria y por funcionarios públicos ligados a esas industrias”, indicó Porras al aire de Sí 98.9.
En cuanto a los apoyos y disidencias, el nutricionista adujo que las posturas sobre el proyecto son diversas porque, tanto en la oposición como en el oficialismo hay miradas distintas, pero “por suerte hay mayoría es favorable”.
“El tema es que durante toda la disputa, gente que no quiere dar la discusión, ocupa roles importantes y la estuvieron frenando, incluso el mismo Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados y referente oficialista”, detalló el nutricionista. Que luego dijo que uno de los problemas del proyecto es su tratamiento en año electoral, porque las alimenticias, como otras empresas, “financian las campañas electorales, como también pagan espacios en los medios de comunicación por lo cual el poder de presión es enorme”.
Esta nueva forma de etiquetado advierte a consumidores sobre los excesos de componentes como azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías, a partir de información clara, oportuna y veraz, además promueve la prevención de la malnutrición en la población y la reducción de enfermedades crónicas no transmisibles y está dirigido a fabricantes, fraccionadores y envasadores que distribuyan, comercialicen o importen, que hayan puesto su marca o integren la cadena de comercialización de alimentos y bebidas alcohólicas de consumo humano, en todo el territorio de la República Argentina.
Sin duda uno de los componentes más importantes de esta ley es su mirada de cuidado hacia niños y adolescentes, por ejemplo exige que determinados alimentos no puedan venderse en ámbitos escolares o sus promociones estén dirigidas a este público. SANAR llevó adelante un muestreo sobre esta situación: la conclusión fue que de 60 mensajes publicitarios semanales que recibe un niño nueve de cada diez son de comida de bajo valor nutricional que después de ven reflejados en la demanda que suelen tener ese tipo de alimentos por la gran inversión en mensajes que suelen hacer las alimenticias.
Otra dato saliente, de acuerdo a la segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, uno de cada 10 niños y niñas menores de cinco años tienen sobrepeso, y casi la mitad de los niños y adolescentes consume bebidas artificiales al menos una vez al día, además en la última década el consumo de energía expresada en calorías de ultraprocesados aumentó un 53%.
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