A cuatro años del crimen de María de los Ángeles Paris en una comisaría
Era la bibliotecaria de la Escuela Gurruchaga y falleció el 3 de mayo de 2017 en la seccional 10ª, de Alberdi. Había ido a realizar una denuncia, pero la esposaron boca abajo y la golpearon hasta que murió. Hay cinco policías imputados que esperan el juicio oral en libertad. Su familia la recordó en Tribunales.
Este lunes 3 de mayo se cumplieron cuatro años de la muerte de María de los Ángeles Paris, la docente que trabajaba como bibliotecaria en la Escuela Gurruchaga y en la Técnica 464, que perdió la vida en la Comisaría 10ª, en Darragueira al 1000, de barrio Alberdi. Erika, su hija, convocó a familiares y amigos a la puerta de los Tribunales provinciales para manifestar su dolor por el hecho de que los cinco policías que fueron imputados por lo que pasó esa noche de 2017, sigan en libertad. "Ellos siguen trabajando dentro de la fuerza y mi mamá está muerta. Por eso estamos acá. Para pedir justicia, pero también para que no le pase a nadie más lo que pasó con ella", le dijo al móvil de la Sí98.9
Según lo que se pudo reconstruir de los hechos, Paris se presentó a la Comisaría 10ª para hacer una denuncia en las últimas horas de la tarde del 3 de mayo de 2017. Y unas horas después, murió allí mismo. "A mi mamá la detuvieron, la esposaron boca abajo y la golpearon. En la primera autopsia, se decía que había sufrido un paro cardíaco y que había sido muerte natural. Y si nosotros no nos hubiéramos movilizado, la causa se hubiera archivado. Pero nosotros nunca creímos en la versión policial y por eso pedimos hacer una segunda autopsia. Ahí se pudo determinar que ella había sido golpeada y que había responsables de su muerte", le dijo Erika a Ponele que Sí, por la 98.9
Hay cinco policías que están imputados por el hecho, que se llaman Silvio Cortés, Silvina Gianotti, Damián Salazar, Andrea Alovatti y Susana Domínguez. "A cuatro años, todavía nos falta una audiencia preliminar para llegar al juicio oral", le dijo Erika a la Sí 98.9. Que recordó además a su mamá como una mujer muy dulce, que disfrutaba con la hora de lectura que tenía con los chicos de las escuelas en las que trabajaba.
Tal vez porque tenga razón León Gieco, en eso de que "todo está guardado en la memoria", la biblioteca de la Gurruchaga, en la que se desempeñaba María de los Ángeles, hoy lleva su nombre.