Una brigada de la División Judiciales acudió a una casa del barrio Carlos Casado, por orden del fiscal Carlos Covani, con la misión de hacerse pasar por compradores de una serie de artículos de pirotecnia, en plan de utilizar en los festejos de Año Nuevo. Pero una vez en el domicilio se revelaron como policías y procedieron al secuestro de un formidable arsenal de bombas de estruendo y toda clase de petardos y fuegos artificiales.

El responsable, un joven de 25 años, quien será imputado por tenencia y comercialización clandestina de venta de pirotecnia.

Todo ocurrió en una vivienda de pasaje Berlín al 3400 (Saavedra al 3000). Tras un dato previo, los agentes se trasladaron al lugar donde se concretó la entrega de la mercadería pactada en la compra: una “torta” de 112 tiros, una torta de 42 tiros y morteros con bombas. En tanto, en la casa se encontraba el joven identificado como Ignacio S. de 25 años y su mamá María Cecilia M.

El fiscal ordenó el secuestro del material, una variedad de productos pirotécnicos – desde bombas, volcanes de luces, tortas de distintos modelos, morteros, caños de papel entre otros– y que el joven detenido sea llevado a la División Judiciales.