Javkin y Perotti fueron al acto por Joaquín y recibieron insultos
El intendente y el gobernador se hicieron presentes por pedido de la familia del arquitecto asesinado la última semana. A los empujones, algunos de los manifestantes los increparon y debieron retirarse.
Cerca de las ocho de la noche del miércoles, cuando unas dos mil personas se congregaban en el Monumento a la Bandera pidiendo esclarecimiento del crimen de Joaquín Pérez y políticas que terminen con la inseguridad ciudadana, llegaron al lugar el gobernador Omar Perotti y el intendente Pablo Javkin. La presencia de ambos había sido solicitada por los familiares del arquitecto y las Vecinales Unidas por la Seguridad, que acompañaron la convocatoria.
Caminando por la explanada que baja por Córdoba, ambos funcionarios llegaron hasta la gente para saludar a la familia Pérez, mientras se les gritaba pidiendo "seguridad". Alcanzaron a saludar a la viuda de Joaquín, pero cuando se divisó su presencia -y delante de las cámaras de los canales que transmitían en vivo- una parte de los presentes se acercó para increparlos e insultarlos.
El nivel de tensión fue alto y por momentos parecía que podía desbordarse del todo. Mientras un grupo enardecido le gritaba "asesino" a Omar Perotti y lo rodeaba, al lado suyo el hermano de Joaquín decía a los gritos: "Por favor se los pido, que sea en paz. No era para esto que hicimos el acto". Unos minutos después, el gobernador debió retirarse, escoltado por guardaespaldas de civil y un grupo de manifestantes que lo seguía con furia e insultos.
Antes, consultado por los periodistas y en medio de los empujones, Perotti llegó a señalar: "Cuando hablamos con el intendente de venir, sabíamos dónde veníamos. Pero más allá de esta situación, el compromiso que asumíamos con la familia, vale más. Porque el compromiso de ellos, es el dolor real que tienen. Tenemos que seguir trabajando. Hay que encontrar justicia, hay un fiscal investigando".
El gobernador se retiró custodiado. El reclamo continuó, ya de modo pacífico. El resto de los asistentes, que pedía justicia, no se sumó a los insultos "a la clase política" y Pablo Javkin consiguió quedarse un rato más, dialogando con vecinos. "Lo de Joaquín nos podría haber pasado a cualquiera de nosotros", mencionó Roberto, en diálogo con RosarioPlus.
El porcentaje de asesinatos en ocasión de robo en la ciudad es muy bajo en comparación con la cantidad de homicidios vinculados a bandas que se conocen a diario. Pero la impotencia por los arrebatos diarios y el ineficaz accionar policial para prevenir el delito no mide esas cifras.
Entre la gente, también se mezclaban carteles con nombres de víctimas de otros asesinatos, recientes de familias que buscan justicia. Entre ellos, la familia de "Bocacha" Orellano y de Rocío Romano. Y una leyenda en una cartulina amarilla, que replicaba la movilización que conmovió a la ciudad en 2016: "Rosario Sangra". Al lado de todos ellos y en el centro del acto, la pancarta con la foto del arquitecto y el cartel "Justicia por Joaquín".
Cuando ya se encontraban tranquilos los ánimos, Leandro Pérez -hermano de la víctima de Arroyito y convocante de la marcha junto a las Vecinales Unidas por la Seguridad- dijo en diálogo con Telefé Rosario: "No estoy de acuerdo con los insultos. Le habíamos dicho al gobernador y al intendente que era un gran gesto que estuvieran, con todo el arco político. Pero queríamos que fuera pacífico. Entiendo la bronca de la gente, pero la violencia no. Ellos ahora tienen que demostrarnos que empatizaron con nuestro dolor y que van a hacer algo para cambiar nuestra realidad ".
En esa voz de Leandro, se expresaba el sentimiento de la mayoría de quienes asistieron al acto. Del otro lado, entre los que protagonizaron el escrache, reinó un discurso antipolítica. En algún momento, por ejemplo, varios insultaban enardecidos al gobernador cuando hablaba con los periodistas. Y divisaron que por atrás alguien se acercaba hacia el Monumento, por el lado del Concejo Municipal. "Ese es un concejal, que no venga acá, hijo de puta", gritaron. Cuando Perotti se replegó y caminó hacia el lado de la Plaza 25 de Mayo, unas cien personas lo siguieron e increparon.
Al final de la noche, desde el entorno del intendente y del gobernador reiteraron en diálogo con RosarioPlus su solidaridad con la familia del arquitecto y expresaron su voluntad de seguir trabajando con las vecinales que piden una política de seguridad más efectiva. Y deslizaron -con prudencia- que en el grupo agresor podría haber habido infiltrados, que no expresaban el sentido que mayoritariamente tuvo el acto.