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Juan Carlos Enrique Cabrera, conocido en Rosario como el Indio Blanco, fue condenado a una pena de 4 a 6 años de prisión por haber facilitado la prostitución en el bar de su propiedad  conocido como La Rosa ubicado hasta 2013 en el corazón de Pichincha.

Quien fuera su mujer, y presunta encargada del lugar, también recibió 4 años de prisión, igual que la mujer conocida como la Gringa, encargada de cobrar los accesos para las habitaciones del hotel que estaba pegado al bar.

La Rosa, en su segundo emplazamiento, en el barrio de Pichincha, tenía un enorme salón ofrecía shows eróticos, de copas y, además, servicios sexuales. Éstos, generalmente, se terminaban concretando en el hotel que estaba arriba del bar y al que se accedía por una puerta lindera. Vale recordar que los comercios tenían habilitación. En 2013, se produjo un allanamiento judicial por parte de la Dirección Provincial contra la Trata de Personas en el que se detectaron clientes, y casi 20 trabajadoras sexuales. Cabrera quedó detenido ese día como dueño y principal responsable del lugar. La Municipalidad dispuso en ese momento la clausura.

Las prostitutas declararon en el sumario judicial de manera coincidente con la acusación fiscal, aunque todas alegaron realizar esa actividad por voluntad propia y rescataron la persona de Cabrera. No obstante, la descripción del funcionamiento del lugar configuró lo que la ley precisamente sanciona: no la prostitución en sí, sino la explotación económica de terceros sobre esa actividad.

Ahora, el juez de Sentencia N° 3, Edgardo Fertitta, interpretó que Cabrera y las mujeres mencionadas habían proporcionado facilidades para que las jóvenes ejercieran la prostitución como consecuencia posible tras atraer clientes a sus shows de erotismo. El magistrado entendió que el cabaret y el hotel contiguo donde se consumaban los actos de prostitución eran dos partes de un mismo negocio. 

El fallo aún no está firme por lo que los acusados podrán apelar dicha resolución para cambiar el destino procesal. En cambio, si se confirma, la pena es de prisión efectiva, es decir, irán a la cárcel.

Cabrera en este último tiempo, luego de haber cerrado su otra actividad -el boliche Willie Dixon- se recicló hacia la actividad gastronómica con la apertura de una pizzería al paso en Entre Ríos y Zeballos.