La amenaza latente del veto presidencial a la Ley de Financiamiento educativo volvió a poner en alerta a docentes y estudiantes de la universidad pública, quienes salieron a responder con datos para visibilizar la situación del sector.

En resumen, la Ley votada por las dos cámaras del Congreso demanda un 0,14% sobre el Producto Bruto Interno argentino, un porcentaje muy lejano al que destinan otros países. Mientras tanto, a nivel local, siete de cada diez trabajadores de esas casas de estudio perciben sueldos por debajo de la pobreza.

En diálogo con Si 98.9, el decano de la Facultad de Arquitectura Planeamiento y Diseño (Fapyd), Pedro Ferrazzini, detalló: “El 70% de los trabajadores de la Universidad pública están por debajo de la línea de pobreza, eso pone en tela de juicio la calidad de la tarea de quienes forman a profesionales. Esta es la herramienta de ascenso social por excelencia que tiene un país”.

La comunidad universitaria se mantiene en alerta y convocó a una masiva movilización que tendrá lugar esta tarde en distintos puntos del país. En Rosario la cita será a las 17 en Plaza Montenegro y marcharán hacia el Monumento.

“La Ley de Financiamiento Educativo Superior implicaría solo el 0,14% del PBI, otros países que anhelan crecer destinan cinco veces más de presupuesto. Cuando hablamos de presupuesto, no solo nos referimos a una herramienta financiera, hablamos de una declaración de principios. Si el presupuesto que le destinamos es poco, el resultado seguramente también sea poco”, analizó.

Pero el reclamo no solo se remite al posible veto presidencial, sino que también advierte sobre el escenario para el año que viene. Es que el presupuesto 2025 anticipa 3,8 billones de pesos para el sector cuando los cálculos indican que la cifra debería rondar los 7,1 billones para un normal funcionamiento.

“Nunca hubo tanta diferencia entre lo que se pide y lo que se propone. Ni hablar de lo que pasa con el sistema científico, quienes están en peores condiciones, es un combo complejo”, agregó Ferrazzini.

Respecto a las críticas del gobierno sobre las estimaciones de universidades y cantidad de alumnos, concluyó: “En el caso de Arquitectura tenemos 4.500 estudiantes, no es que tenemos necesidad de inflar números. Los presupuestos que pedimos apuntan a hacer bien nuestro trabajo día a día, no a exagerar. Son enormes los esfuerzos que se hacen para sostener a los sectores más vulnerables dentro de las aulas”.