"Nos pasamos todo el año pasado sin ver a los chicos acá, apenas si teníamos un momento para cruzarnos cuando venían a buscar con su familia los bolsones de alimentos y los apuntes. Mirá si no vamos a tener esta alegría hoy, de verlos sonreír en el patio con este festejo", dice Luján. Es la directora de la escuela 133 de barrio Nuevo Alberdi,  en la soleada tarde del viernes 13. Detrás suyo, un montón de pibitos de primaria sonríen, mientras los villanos actúan sobre el escenario. Se está celebrando el Día de las Infancias y RosarioPlus vino a compartir este ratito de felicidad, por ser el primer acto presencial que puede organizarse, desde el inicio de la pandemia.

Esta escuela primaria en Vieytes al 2900, tiene 887 alumnos. Está ubicada cerca del inicio de la ruta 34, un poco más allá de la Circunvalación y del barrio Rucci. Los chicos vienen desde los barrios cercanos y en muchas de las familias falta el laburo. Por eso, durante lo más duro de la pandemia, madres y niños hacían fila en la puerta de la institución semana por medio, para retirar alimentos y apuntes con las tareas. Acá fue muy complicado sostener la virtualidad de la educación a distancia. 

Ahora, su directora dice: "Esta zona es muy vulnerable, acá hay muchas necesidades. Nosotros en la escuela repartimos 600 bolsones con comida cada 15 días. Por eso hoy para nosotros esto que vos estás viendo se vive así, de manera tan intensa y emocionante. Acá a la escuela siempre la concebimos como un lugar de encuentro, donde no solamente se transmite la cultura, sino que es el encuentro con el otro. Y hoy, como era la primera vez desde que empezó todo esto que pudimos hacer el festejo así presencial, nos propusimos hacer algo especial para el Día de las Infancias, que fue el eje de todo el mes. Y nos propusimos debatir sobre este momento tan especial que pasa la humanidad".   

Los villanos y los regalitos sorpresa

El acto había comenzado con chiquitos haciendo una canción muy pegadiza, con un estribillo que hablaba de "San Martín tín tín". Había nenes de granaderos y nenas con la tradicional peineta. Los caballos, como se hizo desde siempre, armados con un palo de escoba. Y un profe haciendo del prócer que cruzó la cordillera. Después, llegó el turno de Cruella Deville, la mala de los dálmatas. Enseguida subiría una bruja, el guasón y otros villanos, todos encarnados por docentes de la escuela, disfrazados para la ocasión.

A los chicos les había gustado el plan, de sillita en el patio, una obra de teatro y cantar un rato. Pero al final del acto, llegó el turno del regalito sorpresa, gracias a la solidaridad de la audiencia de la Sí98.9.

Es que hace un tiempo, con los primeros fríos del invierno, el móvil de la radio había estado en otra escuela de una zona muy humilde: la 825, del barrio Parque Casas. Esa vez, su directora contó en la Sí 98.9 y en RosarioPlus que se habían quedado sin energía eléctrica por el robo de cables y que además estaban hace dos años sin gas. Cuando se le consultó cómo hacían los chicos ante la ola polar, respondió: "La verdad, muchos vienen con frazadas, porque no tienen camperas".

Así fue que desde la emisora se inició una campaña solidaria, para conseguir ropa de abrigo. Pocos días después, varias bolsas de donaciones hechas por la audiencia, llegaban a la 825. Un oyente de la Sí estuvo con Covid en esos días y no pudo acercarse a la radio a llevar su donación: había comprado 350 pares de guantes, para abrigar las manitos de los pibes. Cuando los llevó a la radio, propuso buscar alguna otra institución que los necesite. Surgió entonces la idea de acercarse a la escuela 133.

Vuelve ahora la crónica al patio de la institución de Nuevo Alberdi. En el cierre del acto, una de las docentes cuenta a los chicos que se van a llevar de regalo un par de guantes, donados por la audiencia de radio Sí. "Me emociona mucho esto que pasó hoy. Es una pequeña muestra de lo que se consigue cuando hay solidaridad", finalizó Luján, la directora de la escuela. 

Los chiquitos, estrenando guantes de regalo que llevó la Sí.
Una de las docentes, haciendo de Cruella de Vil.