Tensión entre vecinos y la policía en La Siberia por el inicio de obras

El barrio República de la Sexta, es el escenario de enfrentamientos entre vecinos y la policía que se suscitan desde esta mañana de martes, en el marco de la resistencia que oponen al comienzo de los trabajos de intervención urbanística que encaran los gobiernos municipal, provincial y nacional en ese sector conocido como La Siberia, en terrenos aledaños al Centro Universitario Rosario, de Berutti y Riobamba. Habría personas heridas durante la refriega.

Algunos vecinos y estudiantes próximos al conflicto relataron a Rosarioplus.com que varios agentes del Cuerpo de Guardia de Infantería se apostaron en derredor a un terreno y que desde allí dispersaron a la gente a fuerza de disparos al aire, con la misión de permitir a una delegación de funcionarios municipales realizar las tareas previas a la instalación del obrador para la transformación del a zona.

Según sus testimonios, los agentes llegaron al predio alrededor de las 8 junto a un “representante municipal”, quien no se identificó y tampoco dio algún tiempo de explicación a los vecinos. A su vez, manifestaron que varios vecinos resultaron heridos por balas de goma y que una mujer embarazada fue atacada con gas pimienta. 

El plan es ambicioso y retoma una idea que hace tiempo andaba dando vueltas: ampliar calle Berutti y hacerla una avenida de doble traza, lo mismo que en una cuadra de Ocampo y dos de Esmeralda. Se plantea devolver a la Universidad Nacional de Rosario su predio ladero, sumar iluminación y pavimentación, además de 321 viviendas sociales para los vecinos. La iniciativa divide opiniones en el vecindario. No todos están en contra.

El nudo del conflicto estriba en que esos terrenos son propiedad fiscal, sujetos a una intervención que recién ahora se reactivó a partir de un compromiso de inversión pública de 1000 millones de pesos. Una iniciativa que ha sido celebrada por diversas autoridades de orden nacional, provincial y municipal.

Las obras requieren la relocalización de unas 350 familias que viven en la zona desde hace varios años, pero en situación dominial irregular. Esos habitantes se resisten a ser desalojados de allí.