Día de lucha contra la Trata de Personas: dos historias de rescatadas en Rosario
En el 2013, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció que el 30 de julio es cada año y desde entonces, el Día contra la Trata de Personas, con el fin de concientizar sobre uno de los más graves delitos de violación a los derechos humanos, sinónimo de esclavitud del siglo XXI, un delito de alcance federal en Argentina.
Las víctimas de trata son privadas de su libertad y sometidas a situaciones de explotación sexual y/o laboral, con posibles trabajos forzados, servidumbre doméstica, extracción de órganos, mendicidad, quita de identidad y vida en cautiverio, arrasamiento de lazos afectivos, entre otras modalidades de vulneración de derechos.
Ante este flagelo que existe a pesar de las garantías que brinda un Estado de Derecho y en democracia, es de importancia conocer sus características para detectar y también prevenir estos casos. Por eso, funciona bimensualmente en Rosario –como metrópolis regional que atrae a estos delitos- una Mesa interdisciplinaria contra la trata (ver apartado).
Rosario, la ciudad más grande en la provincia, centro neurálgico de industrias y comercios, sumado a su salida portuaria al río, es plausible de la existencia de explotación laboral y sexual, y es por eso que la Mesa busca entre sus diversas acciones concientizar para que se realicen las denuncias pertinentes, llamando al 145, la línea que recibe asistencia y denuncias, que es gratuita y funciona las 24 horas, los 365 días del año. De las denuncias que se reciben, son más usuales los casos de explotación laboral, según indicó la directora del Área de la Mujer, Sofía Botto, quien es miembro coordinador de la Mesa contra la Trata junto al coordinador general de la Secretaría de Género Martín Illia y miembros del Comité Nacional de Lucha contra la Trata.
Para dar cuenta de esta realidad, que no es de lo más usual pero que ocurre, cabe recordar dos casos que fueron resonantes en la ciudad en estos últimos años. Uno, la explotación y reducción a servidumbre de María Eugenia, una joven que permaneció en cautiverio a manos de su opresor durante 23 años en Barrio Cura, un caso resonante en los medios que afortunadamente terminó con la condena al hombre y acompañamiento para que la mujer reconstruyera su vida cotidiana y sus lazos afectivos.
Ella tenía apenas 19 años cuando el mecánico Oscar Racco, su pareja entonces, la secuestró y encerró en un altillo de su vivienda en calle Santiago 3558. Desde entonces la sometió a constantes golpes, abusos, la ató a su cama con cintos y cadenas. Ella permanecía amenazada porque él le aseguró que si escapaba iba a matar a su hijo y a toda la familia. Su padre le mandaba cartas y notas que nunca llegaron a sus manos porque Racco se las escondía.
El 8 de mayo de 2019, aprovechando que el hombre estaba en el baño, María Eugenia buscó dinero y logró escaparse corriendo de la vivienda para luego tomar a un taxi hasta una estación de servicios y comunicarse con un familiar. Luego realizó la denuncia, y desde entonces fue atendida por asistentes de la Secretaría de Género y fue reconstruyendo su vida con su hijo en otra ciudad. En un juicio oral y público, el hombre fue imputado dos años después por privación ilegítima de la libertad con reducción a la servidumbre, abuso sexual con acceso carnal, y desde entonces cumple prisión efectiva de 26 años.
El otro caso no tuvo la misma trascendencia, pero fue sorprendente: en pleno encierro de la pandemia fue llevada por su novio a Rio Gallegos con fines de explotarla sexualmente, y fue su madre quien denunció su situación. Se logró su rescate y acompañamiento hasta hoy en día.
La directora del Centro de Asistencia a la Víctima y al Testigo del Delito de Rosario perteneciente a la Defensoría del Pueblo de la provincia de Santa Fe, María Laura Pasquero, relató a Rosarioplus.com sobre el caso de Rita (de 36 años) –nombre ficticio para proteger a la víctima- quien fue rescatada en agosto de 2020, poco después del tiempo de aislamiento por la pandemia de Covid.
La mamá de Rita se acercó al Centro de Justicia Penal, donde hizo una denuncia ante fiscalía de Flagrancia en turno, contando que la pareja de la joven la llamó desde Rio Gallegos amenazando con un pedido de una suma de dinero, manifestando “que si no se la enviaba iba a recibir a su hija en pedacitos”, y que por lo que pudo escuchar a su propia hija, “temía que estuviese obligada a prostituirse”.
Fue así que la Fiscalía articuló el caso con la Subsecretaría de las Mujeres del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia de Santa Cruz, y el Punto Focal de Trata de Río Negro, y la joven fue rápidamente rescatada el mismo día por la División Trata de la Policía provincial, por disposición del Juzgado Federal de Río Gallegos. Rita fue alojada en un hotel de esa ciudad y fue atendida por agentes de la Subsecretaría de Abordaje Territorial del Ministerio de Desarrollo Social de Santa Cruz.
Desde la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas se organizó su traslado con un vehículo nacional de regreso a Rosario, que iba a ser de forma inmediata pero tras un hisopado se conoció que se había contagiado de Covid-19, y también padecía una fuerte lumbalgia que requería tratamiento en un centro de salud.
Finalmente, un mes después de la denuncia, en septiembre de 2020, Rita fue traída de regreso a Rosario donde, desde el Centro de Atención a la Víctima de la Defensoría del Pueblo, es acompañada por diversos profesionales por sus efectos traumáticos en diversas aristas interdisciplinarias, “en tanto consecuencias psíquicas, pero también consecuencias sociales, han dañado su salud: nos abocamos a sus necesidades, dificultades en atención médica, planes sociales y su vida afectiva”.
Pasquero aseguró que “el arrasamiento de los lazos afectivos, la pérdida de confianza en sí misma, la reconstrucción del cotidiano fuera del cautiverio son algunas de las consecuencias que este delito complejo deja como huellas en la subjetividad de las víctimas”.
La causa se tramita en Rio Gallegos, donde el hombre tenía cautiva a la joven, y el punto focal más cercano a la víctima fue en Entre Ríos, donde preparan con asistencia de una psicóloga a la joven de cara a los avances de la causa para cuando deba declarar. El hombre permanece a disposición de la justicia en el sur.
Desde aquel momento dos años atrás, Rita siguió con el acompañamiento del área de trata a nivel nacional, y desde el CAV se la continua asistiendo respecto a sus condiciones de salud y económicas: "Los temores que son consecuencia de lo que tuvo que padecer, continúan actualmente", como el miedo a la reaparición de su captor. Su preocupación principal es poder continuar con tratamientos médicos, "situación que se articula permanentemente con los organismos de salud municipales y provinciales". En su imposibilidad de trabajar ante el trauma que aun permanece, desde el CAV "se gestionaron beneficios sociales económicos provisorios como el Plan Potenciar".
Este caso evidencia algo que la directora del CAV de Rosario destacó: “Es muy importante contar con información desde los organismos del Estado que abordan situaciones vinculadas con la violación de derechos humanos, para que se sepa cómo actuar en situaciones en las que se sospeche la existencia de personas en situación de explotación o trata de personas, y resolver consultas que la ciudadanía realice sobre la temática”.
Qué es entonces el delito federal conocido como trata de personas
Se entiende por trata o explotación de personas al ofrecimiento, la captación, el traslado, la recepción o acogida de personas con fines de explotación, ya sea dentro del territorio nacional, como desde o hacia otros países. Constituye una de las más graves violaciones a los Derechos Humanos, porque implica la obtención de una utilidad o ganancia a costa de seres humanos que son considerados como mercancía, lo que afecta su dignidad, integridad y libertad.
La víctima de los delitos de trata y explotación debe ser considerada de manera especial y abordada su situación de forma integral e interdisciplinaria.
El 145 es una línea de atención gratuita y anónima, para recibir denuncias ante posibles casos de trata y explotación de personas. Es atendida por profesionales capacitadas en la problemática, funciona las 24 horas durante todos los días del año bajo la órbita del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento de las personas damnificadas por el Delito de Trata, dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. También es posible realizar la denuncia vía internet, enviando un mail al correo electrónico institucional (oficinarescate@jus.gov.ar).
Cómo funciona la Mesa municipal contra la trata de personas
La Mesa Municipal contra la Trata de Rosario se reúne de forma bimensual con los ejes de abordaje en materia de prevención, asistencia a víctimas y búsqueda de paradero de personas, ya que la investigación y persecución de este delito es de competencia federal. Fue creada por ordenanza en 2010, pero se reactivó su trabajo recién en la pospandemia en 2021, “a partir de que el Comité de Lucha contra la Trata de la Nación detectó que habían más denuncias del delito para explotación laboral en la zona rosarina, puntualmente a través de las nuevas formas de rapto a partir de engaños virtuales en las redes sociales, algo que el encierro en pandemia incrementó entre las prácticas usuales de los ciudadanos”, aseguró la directora del Área de la Mujer municipal Sofía Botto, consultada por Rosarioplus.com.
En Rosario hay muchas situaciones de explotación laboral “por ser una ciudad grande y metropolitana, y por eso desde la Mesa apuntamos a sensibilizar e informar en diversos sectores, para que se denuncien situaciones que se sospechen de esclavitud”, explicó Botto. Y es por eso que trabajan en el fortalecimiento de las capacidades de detección temprana de los equipos de la Secretaría de Control, y con las organizaciones de la comunidad, con el Ente de la Movilidad, la Terminal de Colectivos y la Cooperativa de Maleteros, en el trabajo en prevención, capacitación y colocación de cartelería del 145.
“Este año avanza puntualmente con el tema de las búsquedas de paradero, y se logró sumar a la mesa a miembros de la Justicia Federal que trabajan estos casos”, agregó la directora del Área de la Mujer.
Son parte de la Mesa el Comité provincial contra la Trata el Centro de Asistencia a las Victimas de la Defensoría del Pueblo provincial, la Secretaría de Derechos Humanos provincial, el INADI, la CNRT y la Agencia Territorial Rosario del Ministerio de Trabajo.
“Rosario es una ciudad grande, metropolitana, y vemos importante poner en agenda el delito de trata en nuestra región. Son delitos federales, pero como Estado municipal trabajamos con nuestra Secretaría de Control, capacitamos a los agentes para que detecten este tipo de casos y sepan cómo actuar. Así como en el territorio con prevención, sensibilización, con organizaciones barriales como Red de Mujeres del Sur y Mujeres sin Daño”, aseguró Botto.
“Trabajamos en un protocolo provincial ara saber acompañar a familiares de víctimas y colaborar con las investigaciones judiciales compartiendo las informaciones para que no se descoordinen los procesos de búsqueda en un trabajo interdisciplinario”, finalizó.