Dolores Reyes y su éxito de Cometierra, una novela donde “les pibes son protagonistas”
La escritora, que viene de ser atacada por grupos anti derechos, celebró que su texto tenga relevancia social y se haya convertido en material de consulta entre los jóvenes. Dijo que en él encuentran cierta identidad con las cosas que suelen pasarles a menudo en sus vidas.
Un docente fue suspendiendo hace poco tiempo en San Juan por leer una versión del cuento Canelones de Hernán Casciari. En el cuento, en su versión original y no la elegida por el profesor, aparecen palabras como “tetas”, “culo” y “poronga”. Esto generó el enojo y el repudio extendido de los padres y madres de los alumnos. A horas de ese escándalo, una situación similar se replicó en otro colegio. Fue en Neuquén y desatado por la novela Cometierra, de la docente, feminista y militantes de izquierda Dolores Reyes.
Dolores Reyes nació en la zona oeste del Gran Buenos Aires, en 1978, y estudió Letras Clásicas en la Universidad de Buenos Aires. Cometierra, su primera novela, pasó a ser un fenómeno de culto que es un éxito en Argentina y sigue sumando ediciones en Europa y Estados Unidos, siendo traducida al inglés, francés, italiano y holandés. La historia da voz a personajes del conurbano, denunciando femicidios y violencia. Brutalidad poética y honestidad atraviesan cada una de sus páginas. Es una mirada hacia adentro, hacia el prejuicio y la pobreza. Es denuncia y pedido de justicia. Es, también, un homenaje a las víctimas y el recuerdo hacia cada una de las mujeres que murieron.
“Me dolió mucho que hiciesen esa interpretación de un libro, diciendo que eso era porno, todo lo contrario a lo que yo traté de construir ahí. Además el porno es una industria que explota el cuerpo de las mujeres y acá es la historia de una piba que cuenta su primera relación sexual”, explicó Reyes en contacto con Hoja de Ruta, por Sí 98.9.
Al parecer, los ataques que recibió posteriormente en las redes fueron organizados por sectores anti derechos. Además, Reyes fue acosada por una concejal llamada Nadia Márquez que se referencia con la Democracia Cristiana, de quien Reyes dijo: “Le molesta la ESI, la libertad de palabra que hay dentro del libro. En realidad, lo que le molesta es la libertad en toda su expresión”.
A las declaraciones de la concejala le siguió una denuncia que provino de la escuela privada Pablo VI de Neuquén y llegó al Consejo Provincial de Educación (CPE). "La lengua de la bronca y del dolor de los pibes por las violencias que reciben es la que habla en la voz de Cometierra", dijo en ese momento la escritora en una carta pública en respuesta.
“Me pone feliz que mi novela se lea en las escuelas, yo tengo 44 años y cuando iba al secundario nunca leímos a una mujer, menos si es de clase trabajadora y vive en el conurbano. Me parece que este tipo de textos les cambian las perspectivas a los pibes porque pasan a ser protagonistas”, adujo.
Luego, sobre su manera de escribir. precisó que tiene una decisión estética y que es muy cuidadosa a la hora de narrar los cuerpos, no exponiéndolos. “Cómo el femicida es el último eslabón de una cadena de violencias previas, en esa cadena también están los discursos televisivos, despectivos, violentos. Es por eso que traté de narrar desde la hija de un femicida, porque tiene la tristeza y el dolor de esa vida que le arrancaron”, describió sobre su novela.
Sobre cómo los jóvenes se apropian de la novela contó que recibe mucho afecto de parte de ellos y ellas. También de madres y padres que llegaron al libro por sus hijos e hijas. “Me encanta que haya llegado a lugares donde habitualmente no se compran libros”, agregó y saludó la iniciativa de Elizabeth Vernaci quien leyó sus textos y los de otras autoras para una serie de postcast.
Cometierra fue editada por Siglo en 2019. Narrada en primera persona, esta novela corta cuenta la historia de una chica con poderes de vidente que encuentra, a través de la tierra, lo que otras personas no pueden ver. De a poco llegan a su casa familias que buscan a alguien que no está, no saben qué pasó con ellos o, en realidad, con ellas. La mayoría de los “casos” que llegan a la Cometierra son de mujeres y chicas que no volvieron.
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