Kobe Bryant, otro maradoniano de pura cepa
Maradonianos de todo el planeta mandaron su pésame a la familia de Diego apenas supieron de su fallecimiento. Las tapas de los diarios de todo el mundo también mostraron el impacto por la noticia. Pero hubo un saludo que no pudo llegar: el de un fanático del Pelusa, que a pesar de ser tan famoso como el Diez no ocultaba su devoción por él. Se trata de Kobe Bryant, multicampeón de la NBA, que murió en enero de este 2020 por un accidente con su helicóptero.
El Diego era reconocido en todos los países, pero se sabe que el fútbol no es el deporte más popular en Estados Unidos. ¿Y de dónde viene entonces la admiración de Kobe? La historia menos conocida de la gloria de Los Angeles Lakers es que se pasó su infancia en en el norte italiano, justo cuando Maradona la descosía en Nápoles. Su papá jugó en el Reggio Emilia entre 1984 y 1991. Y así, probaba sus primeros dobles al aro mientras por la RAI pasaban los partidos del Napoli con el Milan.
En una entrevista en 2019, Bryant contó el encuentro que tuvo en unos Juegos Olímpicos con Maradona y Pelé, juntos. “Fue uno de los momentos más emocionantes que tuve. Cuando era chico, Maradona era ‘el’ hombre. Yo vivía en Italia, él jugaba en el Nápoli y soñaba con cruzarlo y pedirle un autógrafo. Ahora tengo la foto con él, en mi oficina”, dijo. Aunque Diego supo de Kobe años más tarde, la admiración fue mutua. En enero de este año, cuando supo del accidente en el helicóptero, Maradona posteó en sus redes sociales: “Se van todos los buenos. Hasta siempre, leyenda".
Para Kobe, con años de contratos millonarios en la NBA y mansión en Los Angeles, también había un lugar en el mundo lejos del mundanal ruido. Y ese rincón del planeta estaba ahí, en Reggio Emilia. En ocasión de un viaje express a Italia para grabar en Milán una publicidad de Nike, Bryant tuvo un día libre y pidió especialmente a su equipo que lo dejen ir al pueblo en el que había crecido. Esa tarde, en el costado de una cancha de basquet al aire libre, charló con periodistas locales en perfecto italiano. “¿Por qué viniste?”, le preguntan. “Porque acá andaba en bicicleta cuando era chico, porque acá puedo salir a tomar un helado sin que me sigan a todos lados”, responde.
Como Diego, que recorrió el mundo entero y se codeó con los jeques en Dubai, que visitó al Papa y a varios presidentes, que vivió en Italia, Cuba y México. Pero cuando le preguntaban por su lugar en el mundo, nombraba a Fiorito.